Después de la victoria electoral de Alexis Tsipras, todos hablan del futuro de la deuda griega. Ésta alcanza 320 mil millones de euros, es decir el 177 % del PIB del país, que debe consagrar más de un cuarto de su presupuesto únicamente al reembolso de los intereses, situación cada vez más insostenible.
Si ciertos economistas y dirigentes políticos repiten en bucle, como Christine Lagarde, directora del FMI, "que no es cuestión de anular la deuda de Grecia", los más conscientes tienen previsto en lo sucesivo hablar de su reestructuración. Mientras tanto, hasta si ellos acaban por aceptar "reestructurar" la deuda de Grecia en lugar de provocar su quiebra, los acreedores europeos aprovechan para hacer su propaganda. Oímos así que anular parte de la deuda griega sería "injusto" frente a otros pueblos que se esfuerzan por reembolsar la deuda de su país. Aquí, sin ir más lejos, el PP se muestra "preocupado" y no para de airear a los cuatro vientos que cuando peor estábamos, España le prestó a Grecia 26.000 millones de euros y que es dinero de todos los españoles, cuando es de los ladrones de los bancos. ¡Todo es mentiroso y grosero en esta propaganda!
¡Como si, desde hace cinco años, la población griega no hubiese pagado ya, con una bajada brutal de su nivel de vida, por los despidos masivos de funcionarios y el desmantelamiento de los servicios públicos, los planes sucesivos de austeridad impuestos por el FMI, el BCE (Banco Central Europeo) y la propia Unión Europea! ¿Y además a quién benefició la deuda pública griega? A los grandes bancos europeos, que prestaron a un interés de hasta el 20 %. Luego, cuando estos préstamos se hicieron demasiado arriesgados para los banqueros porque Grecia no podía seguir pagándolos, fueron los Estados los que volaron en auxilio de los bancos y que rescataron a muy buen precio estos créditos. Hoy, son principalmente los estados europeos y el BCE los que poseen lo esencial de la deuda griega. Si los Estados europeos, incluyendo a España, actuaron así fue para salvar a sus propios bancos y a sus accionistas.
Tras la puesta en marcha del «Mecanismo europeo de estabilidad», los países más ricos de la zona euro pidieron prestado en los mercados financieros a bajo interés, alrededor del 1 % y a veces menos todavía, para prestar luego a Grecia a interés mucho más elevado: el 3 - 4 %. Por ello hay que decir que los préstamos de los países europeos a Grecia son de todo menos regalos. Por poner otro ejemplo, cada año el Estado francés se embolsa así 80 millones de euros. ¡Y es la población griega quien paga! Además hay que decir que el dinero prestado a Grecia ha vuelto en forma de pedidos a los industriales de los países prestamistas, en particular encargos de armamentos. Grecia es el tercer cliente de la industria militar francesa. Por todo ello, esta deuda no es para nada la deuda de la población griega. ¡No corresponde a la población seguir pagándola!