Otra escasez de suministro nos está golpeando. Los conductores de los camiones cisterna del ejército permanecen a la espera para entregar combustible a las estaciones de servicio que se están quedando sin él.
A pesar de que la situación se agravó a principios de la semana, con trabajadores esenciales que no podían ir a trabajar en servicios vitales como el Servicio Nacional de Salud (NHS), los ministros aparecieron en la televisión para decir al público que “se calmara” y dejara de comprar por pánico. Repitieron hasta la saciedad que no había escasez. Pero, por supuesto, la hay: en los puntos donde se necesita el combustible. La complacencia del gobierno ha provocado la furia de los exasperados trabajadores que tienen que utilizar vehículos para ir a trabajar. Está claro que estos ministros ineptos están fuera de la realidad. Lo cual no es nada nuevo. Pero, en contra de lo que dicen los periodistas, esto no es lo mismo que la escasez de papel higiénico. Si se acaba el combustible, por la razón que sea, hay que tomar medidas de emergencia inmediatas.
En cambio, el gobierno se mantiene en la negación. Ministros anodinos como George Eustice fueron empujados a enfrentarse a preguntas que no podían responder. Se limitó a decir “no”, cuando se le preguntó si se podía dar prioridad al personal del NHS.
El fin de semana, el Secretario de Transporte Shapps incluso culpó de todo el problema al “coronavirus”. Tanto él como sus compañeros diputados tories se ponen de perfil para evitar admitir que el Brexit tiene algo que ver con la crisis actual.
Una explicación más franca vino del líder socialdemócrata alemán Olaf Scholz, cuando fue entrevistado por Channel 4. A la pregunta de si Alemania podría ayudar enviando conductores, Scholz respondió que el Brexit impedía la libre circulación de la mano de obra, así que lo siento, pero no…
Los malos salarios y las pésimas condiciones de trabajo contribuyen obviamente a la escasez de conductores de vehículos pesados; las instalaciones de carretera y las paradas de camiones son notoriamente malas, en comparación con las de la UE. Hasta 16.000 conductores de la UE se fueron a casa justo antes de la fecha límite del Brexit y otros 10.000 se han ido desde entonces. Ahora, tras 20 meses de pandemia, las asociaciones de transporte por carretera afirman que el déficit de conductores asciende a 100.000.
La respuesta del Gobierno se compara con echar “un dedal de agua en una hoguera”.
Los solicitantes dispuestos ni siquiera pueden encontrar la licencia “rápida” que el gobierno dice haber creado. Ha ofrecido 5.00 visados “temporales” para atraer a los conductores de la UE y otros 5.500 visados temporales para “trabajadores avícolas” que trabajen en la industria de pavos (donde también faltan trabajadores), aparentemente, para que la Navidad no se “cancele”. Pero tendrían que marcharse antes de Nochebuena.
Todo esto podría calificarse como una sátira hilarante si no fuera sólo un pequeño aspecto del triple golpe de la crisis económica crónica, el Brexit y la pandemia – para la cual se espera que la clase trabajadora pague la cuenta. Y mientras los suministros se reducen, los precios aumentan.
Este caos general de suministro, que no se limita a Gran Bretaña, es otro síntoma de un sistema capitalista incurablemente enfermo. Tiene que desaparecer.
Traducido de workersfight.org