Fin del decreto anticrisis… ¿Cuándo pondremos fin a la rapiña capitalista?

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Octubre de 2024

Los medios han venido alertando del fin de la supresión del 0% del IVA que venía aplicándose en los alimentos básicos a partir del 1 de octubre. Desde entonces y hasta diciembre, estos productos pasarán a tener un IVA del 2%. Los alimentos que se verán afectados son: frutas, verduras, pan, huevos, leche y aceite de oliva. El aceite de oliva virgen extra es el alimento básico que más puede encarecerse con esta medida. Y ello teniendo en cuenta que incluso con la supresión del IVA su precio ha estado por las nubes en algunas marcas. Ahora está bajando su precio, pero por una guerra comercial entre los distribuidores, que quizás no dure mucho.

Según cálculos de Facua sobre estos alimentos básicos, tras la supresión el litro de aceite costará, de media, 25 céntimos más. Una docena de huevos M será cinco céntimos más cara, un litro de leche dos céntimos más, el litro de aceite de girasol (1,90 euros de media) y el kilo de limones (2,40 euros de media) sufrirán un encarecimiento de unos cinco céntimos. El informe completo de FACUA puede verse en internet.

Sin embargo, estas subidas pueden ser mayores debido a que son las grandes cadenas de alimentación como Mercadona, Carrefour o Lidl quienes tienen la última palabra a la hora de fijar los precios. La prueba más palpable es que a pesar del decreto anticrisis los precios han seguido aumentando y ello bajo la excusa de estas empresas del aumento de los costos diferidos que dicen haber sufrido estos años atrás, con la covid, pero especialmente a partir de la guerra de Ucrania.

La “mala racha” de las grandes cadenas no ha impedido un aumento de sus beneficios y tampoco ha impedido que abran nuevas tiendas para aumentar la competencia entre ellos.

Así estas “pobres” cadenas de alimentación han visto incrementarse sus beneficios como en el caso de Mercadona, con cifras mareantes: La empresa que preside Juan Roig consiguió un beneficio neto de 1.009 millones de euros el año pasado (2023), un 40% más que el anterior. La firma de distribución logra así volver a incrementar su resultado frente a los 718 millones de euros de 2022.

Y en el caso de Lidl hemos sido testigos del despliegue de nuevas tiendas sobre todo en las grandes ciudades. Durante el año fiscal 2023-2024 se hizo con una veintena de nuevas tiendas y este octubre abrirá cinco tiendas más.
Hay que tener en cuenta que el mercado de la distribución alimentaria en España está concentrado en apenas 5 marcas, entre ellas Mercadona, Carrefour y Lild han alcanzado una participación conjunta del 42,6%, la mayor cuota registrada hasta ahora, según los datos de la consultora Kantar Worldpannel.

El nivel de participación de Mercadona en la alimentación bate al resto de marcas con diferencia, situándose en abril pasado en un 26,3%, quedando muy por encima del resto de sus competidores. Aunque con pequeñas oscilaciones, el crecimiento se ha mantenido, es más, se aceleró a medida que la inflación aumentaba y subía el precio de los alimentos.

El ejemplo de Mercadona es significativo del porqué del alza de precios que sufre el consumidor final, a la que no puede hacer frente si los salarios no aumentan al mismo nivel que lo hacen los precios. El resto de marcas actúan en el mismo sentido.

Por un lado tenemos los precios desorbitados de muchos productos básicos y por otro los salarios que apenas han crecido en los últimos años y siguen estando por detrás del IPC. En esta situación quienes sí salen ganado son la gran patronal y sus empresas.

Regular el precio de los alimentos básicos e imponer una subida salarial, sólo será posible con la lucha en las calles, exigiendo una escala móvil de salarios. Es decir, que los salarios suban al mismo nivel que lo hacen los precios.