Este miércoles las CCAA acordaron con el Ministerio de Educación las medidas de la vuelta al cole. En resumen: mascarilla obligatoria desde los seis años, presencialidad total, más alumnos por clase, mantenimiento de grupos burbuja y el acortamiento de la distancia entre alumnos a 1,2 metros, en lugar de los 1,5 metros del año pasado.
La contratación de profesorado no se prevé que llegue a los 35.000 docentes que fueron contratados el año pasado. Por lo tanto, no se renovarán los contratos de profesores que tanta falta hacen y será imposible en muchos casos el desdoblamiento de clases, aumentando la ratio de alumnos.
Volveremos a las ratios de los tiempos de los recortes de prepandemia, con 25-30 alumnos por aula (incluso más, dándose ratios ilegales que los docentes llevan denunciando desde hace tiempo).
Por lo que no se toma ninguna de las medidas que los docentes llevan pidiendo, las cuales no solo son las que se han demostrado efectivas contra la Covid-19 sino que garantizan una educación pública de calidad, arreglando las carencias de los últimos años. El gobierno “progresista” tuvo la oportunidad, no solo de mantener la seguridad en las aulas, sino de revertir los recortes. No parece que esté por la labor. La ministra Pilar Alegría confía la seguridad a la vacuna, pese a que solo el 16% de la franja de 12-17 años tiene la pauta completa y tenemos el doble de contagios que en mayo, con un riesgo extremo en la mayoría de las CCAA.
Contra este sistema capitalista que prioriza los intereses de las grandes fortunas y la banca a los servicios públicos, la clase trabajadora tiene que estar unida. ¡El ataque a la educación pública es un ataque a toda la clase trabajadora!