Durante la pandemia se ha disparado el número de parados, de destrucción de puestos de trabajo y de pequeños negocios hasta límites alarmantes. Toda esta espiral de precariedad y de miseria no es consecuencia de la pandemia como nos quieren hacer creer algunos medios, sino de un sistema capitalista en decadencia.
Con la pandemia, los capitalistas han visto una oportunidad de oro para incrementar los niveles de explotación y de precariedad laboral, además de empujar a millones de trabajadores al paro. Todo sea para aumentar sus beneficios y reducir gastos.
Siendo conscientes de la situación, hemos visto como esta serie de políticas, enemigas de la clase trabajadora, han ocasionado un impacto en la sociedad. Los niveles de miseria se han disparado más que nunca. Uno de los ejemplos son las colas del hambre.
Según los bancos de alimentos, han atendido a un millón de personas más que el año anterior 1.560.000 personas en total, de las cuales 360.000 son niños de entre 0 a 14 años.
Tenemos que poner fin al sistema capitalista y a todas sus lacras como lo son el paro, la explotación, la precariedad y la miseria. El capitalismo se encuentra en un periodo de descomposición y urge derribarlo para conquistar una vida digna. Por eso es necesaria la unión de la clase trabajadora y un partido de los trabajadores. A la humanidad sólo la salvará el socialismo.