Trabajar por la comida
Aun hoy en dÃa ya metidos de lleno en el siglo XXI, y a pesar de que no lo aparentemos, o no queramos aparentarlo por aquellos "del qué dirán" nos cuesta reconocer que trabajamos por la comida.
Y en cierto modo esto sea, por los programas televisivos que nos animan a que todos podemos un dÃa ser famosos. Quizás sea por eso de que no queremos darnos cuenta que muchos de nosotros y sobre todo los jóvenes trabajamos a cambio de un pedazo de pan tal y como suena.
Y no ya tan solo el inmigrante, ese que viene a nuestro paÃs con muchas fatigas, muchos de ellos traÃdos por alguien que le da la comida y unos euros más y que a su vez debe pagarle a su "benefactor" los gastos de su traslado.
Y el que se viene por su cuenta a un invernadero de Murcia ó AlmerÃa, ó a trabajar en una empresa de reparaciones de viviendas en Madrid, o en el resto de España realizando cualquier trabajo en casas de limpieza, almacenes de materiales de construcción ó en los propios hipermercado en los almacenes y reponiendo los producto, o de vigilantes de seguridad.
No sólo ellos viven en unas condiciones precarias, muchos de nosotros y sobre todo nuestros hijos trabajamos sólo por la comida. En los grandes hipermercados como Alcampo y Carrefour con más de 20 establecimientos en Madrid cada uno y una red importante en toda España posee una mano de obra muy por debajo de los 30 años de los cuales sus salarios están entre 800 y 900 Â. Al final de mes vuelven a sus arcas -pues el mismo trabajador consume en esos grandes almacenes -, y como se pasen con la tarjeta que ellos les proporcionan, y suele ocurrir, sobre todo en los meses de gastos, vas aviado.
Esta situación es tan absurda como cierta: las grandes empresas y la banca amasan grandes beneficios con el beneplácito de gobierno y oposición que les facilitan el camino y da todas las ventajas, será porque ellos labran asà su futuro asegurándose su porvenir. Pero, ¿y el nuestro quien lo va a cambiar?, como no seamos nosotros, nadie nos va a facilitar nada. Tan solo nos van a pedir nuestro voto cada cuatro años - y a los inmigrantes que los explotan ni eso - para ofrecernos más de lo mismo. Nuestra única salida es unirse - obreros de aquà y de fuera - y luchar todos juntos para cambiar nuestra vida.
El robo de la vivienda
El problema de la vivienda en España se acentúa cada dÃa en cifras desorbitadas con una subida en los últimos tres años en un 42 %. La respuesta de Aznar a comienzo de este año es de que la culpa la tenemos los ciudadanos por comprar mucho.
Las agencias inmobiliarias presumen descaradamente de que pisos de 700.000  se venden muy bien en Barcelona, y que apartamentos de 30 m2 se venden como churros por 180.000 Â. Pocos pisos con estos precios pueden comprar el obrero, sobre todo los que los construyen con sus manos, ya que a pesar de hacerlos como churros sus salarios son igual, o más bajos, que hace 10 años. En Madrid el salario base de un oficial de primera no llega a 1.200 Â. Con este sueldo y a pesar de las grandes facilidades que se pueden permitir ofrecerte las inmobiliarias y la banca por los créditos baratos, de entrada te obligan ha hacerte un seguro de vida para que correr ellos ningún riesgo.
La cruda realidad de la situación en España y sobre todo en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona es la especulación de la vivienda en todas sus facetas. Personas que durante su vida han adquirido un cierto poder económico mediante diversas maneras, invierten su capital en comprar viviendas para alquilarlas y asà asegurarse un sueldo ante un mercado laboral inseguro.
Por otra parte una extensa red de empresas de alquiler de viviendas creadas por las propias inmobiliarias, bancos y especuladores tienen una clientela segura en los inmigrantes, las familias de trabajadores españolas que por diversos motivos no tienen el problema de la vivienda resuelto y jóvenes matrimonios que comienzan a vivir con un futuro poco prometedor.
La mayorÃa de los trabajadores que tienen el problema de la vivienda resuelta, son aquellos que desde años atrás con muchas fatigas, y el peso de la hipoteca que aún les queda por el resto de sus vida, ó los sobrevivientes de los que en un tiempo muy lejanos alquilaron una vivienda con una renta baja y sobreviven a los ataques de los dueños para echarlos y vender o construir en el solar.
Según la polÃtica del gobierno es lógico y normal que la vivienda se encarezca porque lo que se construye se vende bien y a buen precio, pero, ¿por qué no aplican esa misma politica a los salarios de los obreros?
Los trabajadores no podemos esperar nada de este gobierno, ni probablemente del que lo sustituya si nosotros mismos no ponemos los medios. Solamente somos su fuente de alimentación y en nuestras manos esta cortarles el chorro.
Si eres joven y buscas empleo
No hace falta andar mucho por Madrid para enterase de su gran potencia de explotación laboral. Si llegas en tren por Atocha justo en frente de la salida del AVE te das de cara con una oferta de empleo colocada en una tienda de refrescos, bocadillos y varios productos, para el viajante que dice exactamente:
"SE NECESITAN JÃVENES PARA TRABAJAR POR HORAS, SACARÃ? PARA SUS GASTOS".
Esto es habitual y muy utilizado, sobre todo en el pequeño y gran comercio. Las pizzerÃas, los bares, los puestos de todo tipo de productos, las campañas de las grandes empresas de comunicaciones, la banca ofreciendo tarjetas de crédito, los grandes centros comerciales para promocionar sus producto o sustituciones y un gran abanico de trabajos se cubren con las limosnas a estudiantes para sus gastos o a otros jóvenes que necesitan empleo y sus mayores necesidades las cubren sus padres, muchos de ellos con su escasa paga de jubilados.
Las ofertas del I.N.E.M. y los buitres de la patronal
Las oficinas de desempleo en España no son más que un medio más para abastecer la precariedad laboral y alimentar a los buitres de la patronal.
En la comunidad de Madrid se necesita mano de obra en muchos sectores, sobre todo en la construcción que pasa por un momento de auge, tanto en edificación de nuevos edificios, como en reparaciones en pequeña y gran escala. El I.N.E.M se encarga de atender las ofertas y demanda del mercado laboral compartiendo esta labor con el I.M.F.E (Instituto Municipal de Formación y Empleo), y ofertándoles trabajos a los desempleados, y muy especialmente a los que cobran las prestaciones por desempleo, llegando a mandar dos ó más ofertas de empleo a la semana en el sector de la construcción, con las consiguientes amenazas de ser castigados con la suspensión de un mes de paga o con la perdida total de las prestaciones si rechaza los trabajos propuestos por la entidad.
Estos trabajos no todos son buenos y la mayorÃa dejan mucho que desear, sobre todo los que ofrecen a obreros mayores de 45 años ya que las empresas con más prestigio, y mediante subcontratas, limitan las edades de sus empleados como máximo a 45 años, sin que nadie les castigue o les diga nada por ello. Esta polÃtica de empleo condena al trabajador cuando cumple los 40 años a ser presa fácil para el empresario que se dedica a recoger las migajas de pequeñas y peligrosas reparaciones, sin estructura suficiente para realizar estos trabajos, debido al abuso de las ganancias, le falta equipo técnico y de todos los medios de seguridad, e incluso peligra el salario del trabajador a la más mÃnima perdida de parte de sus ganancias.
Tanto el I.N.EM de Madrid como los del resto de España no son más que un servidor del Gobierno al servicio del patrón para complacer sus necesidades. El maltrato al obrero está al orden del dÃa en estas entidades que te reciben de entrada con desprecio y un cierto aire de vejación por tu estado laboral dándote a entender que el patrón es el que manda y te da de comer y en ellos tienen a los jueces que te castigan si no aceptas sus condiciones.
Los únicos que podemos castigar a los patrones y todo su aparato somos los obreros que realmente somos los que tenemos lo que ellos necesitan.