Tan solo en el 4º trimestre de 2018, los grandes grupos mundiales que cotizan en Bolsa han distribuido 241,240 millones de euros en dividendos a sus accionistas. Por dar una referencia, decir que el presupuesto de 2019 en el Estado español es de 472.660 millones de euros, lo que significa que en tres meses los accionistas de estas multinacionales se han embolsado el equivalente ¡a casi la mitad del presupuesto estatal español anual!
Tales sumas nunca han sido vistas, según algunos periódicos comentan. Anualmente supone un reparto de 1,21 billones entre los accionistas a escala del planeta, una suma que aumenta un 4% con relación a 2018.
Estos millones se sacan de la explotación cada vez mayor y feroz de los trabajadores del mundo entero. ¿Y para qué sirven? ¿Para invertir en empleo, para aumentar los salarios, para producir cosas útiles para la población, para erradicar el hambre en el mundo?
¿Realmente alguien que conozca su trayectoria puede pensar que Amancio Ortega, del grupo Inditex, por poner solo un ejemplo, dona millones para luchar contra el cáncer de forma desinteresada, cuándo sus empresas hacen ingeniera financiera para eludir el pago de impuestos, que son precisamente los que financian los servicios públicos y la sanidad?
En nuestra sociedad las verdaderas decisiones las toman los grandes grupos, las grandes empresas y multinacionales. Lo vemos en la actualidad con los sucesivos ERE presentados, que destruyen empleo: en la actualidad están los del grupo Carrefour, Al Campo, Ford,… etc Ninguno de estos grupos preguntan a los parlamentos, ni les consultan los despidos. ¡La dictadura de su dinero, de su capital, es la que manda! ¡Cuándo se comprenda esto, estaremos más cerca de cambiar el mundo!