Pedro Sánchez ha anunciado en el Congreso que España reconocerá el Estado palestino a finales de este mes de mayo. Según el presidente “ha llegado la hora de pasar de las palabras a la acción” y ha asegurado que lo hace por “paz, coherencia y justicia”. Sumar, por su parte, que quiere aparecer más a la izquierda, ha pedido un embargo “total y permanente” de la compraventa de armas a Israel. Dice Yolanda Díaz que hay que “conseguir un alto el fuego, proceder al embargo de armas y juzgar a Netanyahu como pide la Corte Penal Internacional”.

Los socialistas y el gobierno, que no han roto relaciones comerciales ni políticas con Israel, sólo quieren aparentar que se preocupan por el genocidio del pueblo palestino, pero apoyan al imperialismo que es la causa de fondo del problema. Este paripé, ¿es quizás por las protestas estudiantiles que hay un poco por todas partes? ¿Quizás haya sido, más bien, por la proximidad de las elecciones europeas? Poner fin a la oposición que se ha creado entre israelíes y palestinos pasa por superar el nacionalismo, tanto el israelí, como árabe. Ningún «arreglo político» dirigido por las potencias imperialistas garantizará la igualdad de derechos de los pueblos, ni su coexistencia pacífica en esta región.

Son las potencias imperialistas las que han enfrentado a los pueblos entre sí, y en particular a los judíos contra los árabes. Para mantener su dominación, les interesa que este conflicto continúe y, por lo tanto, lo alimentan con maniobras diplomáticas y apoyo militar. De hecho desde 1948 no ha dejado de existir el conflicto. No habrá paz real y durable para Palestina en el marco del capitalismo, esta sociedad ciega que se mueve sólo por intereses y que desprecia las vidas humanas y a los pueblos.