Tras la ratificación del contrato de la UAW con las Tres Grandes -Ford, GM y Stellantis-, el presidente del sindicato, Shawn Fain, dijo: “A continuación, vamos a organizar a las empresas automovilísticas no sindicadas como nunca antes lo hemos hecho”.

Las empresas extranjeras, Toyota, Honda, Nissan y otras, siguieron el contrato de la UAW anunciando que darían a sus propios trabajadores un aumento inmediato del 10 u 11%, igualando el aumento inicial que recibieron los trabajadores de la UAW. Fain se atribuyó el mérito de la UAW.

Y puede que sea cierto que las empresas extranjeras subieron los salarios gracias a los salarios conseguidos en el contrato de la UAW. Dieron el mismo aumento salarial para convencer a sus propios trabajadores de que no organizaran un sindicato.

Esta es una estrategia que los extranjeros han seguido durante años. Las tácticas de miedo, las amenazas y la propaganda antisindical de las empresas son algunas de las razones por las que la UAW ha fracasado en sus anteriores intentos de organizar sindicatos en las empresas extranjeras.

Pero hay otra razón más básica. Bajo la antigua dirección de la UAW, la organización se realizaba principalmente desde arriba y desde el exterior. Se hizo muy poco por implicar a los trabajadores de la planta en la creación de su propio sindicato de lucha.

Entonces, ¿organizará la nueva dirección de la UAW de manera diferente a la antigua? ¿Conseguirán que la campaña sindical sea lo más fuerte posible implicando a los propios trabajadores para que marquen el camino?

La nueva dirección ciertamente no hizo esto durante la huelga de las Tres Grandes. Utilizaron palabras combativas de antemano, y muchos trabajadores del sector del automóvil parecían dispuestos a luchar.

Pero la dirección de la UAW convocó a menos de un tercio de los trabajadores a la huelga, en unas pocas plantas cada vez. La dirección nunca organizó reuniones en las que los trabajadores pudieran debatir y decidir nada sobre la huelga. La huelga se dirigió en gran medida de arriba abajo y nunca dio a los trabajadores la posibilidad de sentir su propio poder y hacer de ella su propia huelga.

En cualquier caso, las victorias en las extranjeras serían un paso adelante. Pero si los trabajadores del automóvil organizados quieren ver verdaderas victorias, verdaderos cambios en las condiciones de trabajo y verdaderas mejoras en el nivel de vida, necesitan incorporar a la lucha a la mayoría de los trabajadores del automóvil. Y eso significa todos los que trabajan en las plantas de suministro de automóviles.

En la actualidad, hay unos 146.000 trabajadores de la UAW en las Tres Grandes y 128.000 en las plantas extranjeras. Pero hay unos 600.000 trabajadores en las empresas proveedoras de automóviles, casi todos ellos no sindicados.

Muchas de estas plantas proveedoras eran plantas de las Tres Grandes que se subcontrataron para bajar los salarios. Los salarios por debajo de la pobreza y los beneficios más bajos en estas plantas proveedoras se están utilizando para bajar los salarios de todos los trabajadores del automóvil.

Si queremos organizarnos y luchar en el futuro, necesitamos el peso de la clase trabajadora organizada, empezando por todos los que participan en la producción de vehículos.

¿Por qué es importante? Porque seguimos luchando por migajas cuando cocemos todo el pastel. ¿Por qué trabajamos como perros en estas fábricas mientras el beneficio de nuestro trabajo va a parar a los bolsillos de los patronos y banqueros?

Podríamos tener una vida decente para nosotros y las generaciones futuras sin tener que quemar nuestra salud física y mental para conseguirlo. Los trabajadores del automóvil tienen el peso social y político para liderar una lucha por ello.

Traducido de TheSpark.net

27 de noviembre de 2023