El paro de 24 horas convocado por CCOO y UGT del pasado lunes 28 de octubre y que han secundado los más de 80.000 trabajadores del transporte de viajeros a nivel nacional ha contado con una masiva participación. Un nefasto acuerdo entre sindicatos y patronal dejó fuera a los conductores de mercancías, que suman unos 220.000 trabajadores asalariados. Aún quedan movilizaciones además de un paro indefinido si la patronal no da su brazo a torcer en una reivindicación histórica de la clase trabajadora: la jubilación a los 60 años.
El paro ha contado con conductores del transporte interurbano, el urbano, el escolar y los servicios de grúa. Seguirán en huelga los días 11, 28 y 29 de noviembre, y 5, 9 y 23 de diciembre, de no alcanzarse acuerdos. Llegado este último día sin acuerdo, los trabajadores van a hacer huelga indefinida.
El seguimiento de la huelga ha sido del 100% en la mayoría de centros de trabajo según los sindicatos convocantes. Los piquetes han funcionado en numerosos centros de trabajo, como en la empresa de transporte urbano Tussam y en la estación de autobuses metropolitanos de Plaza de Armas, en Sevilla.
La patronal ha forzado unos servicios mínimos abusivos en la mayor parte de las empresas y los sindicatos han cedido sin rechistar. Así lugares como Madrid se ha forzado a los conductores a cubrir prácticamente el 100% del servicio, también se han dado casos entre el 75% al 80% en horas punta o como en Sevilla, con unos servicios mínimos del 50% durante toda la jornada de huelga. Por su parte el transporte escolar ha contado con unos servicios mínimos del 100%
En Galicia se produjeron retrasos y cancelaciones y la Xunta de Galicia también impuso unos servicios mínimos abusivos del 100% que fue cumplido en un 83% frente a un 17% que secundó la huelga. La Xunta había anunciado que abriría expedientes sancionadores a las empresas concesionarias que incumplan los servicios mínimos.
Los trabajadores reivindican calidad de vida sin tener que envejecer al volante
La jubilación anticipada es una reivindicación histórica de la clase trabajadora por muchos motivos. Y es que es obvio que la edad incide en la realización de determinadas profesiones, como en el transporte, en la construcción, en la siderurgia, y otros, por la pérdida de facultades y reflejos, así como una mayor incidencia de las condiciones laborales sobre la salud.
Los trabajadores del transporte de viajeros reivindican:
– La jubilación a los 60 años sin que afecte a las pensiones.
– La aplicación de coeficientes reductores para la jubilación anticipada debido a los riesgos por el deterioro de las capacidades cognitivas a partir de los 60 años.
– Un contrato de relevo para facilitar la jubilación parcial que cubra el 75% de la jornada laboral y permitir la acumulación de tiempo de trabajo en un período continuado.
Determinadas profesiones como los mineros, personal de vuelo de trabajos aéreos, ferroviarios, artistas, toreros, bomberos y miembros de los distintos cuerpos de seguridad de la Administración Pública pueden jubilarse a los 60 años los trabajadores del transporte no pueden hacerlo.
Está claro que esta situación tiene que cambiar porque existen profesionales que realizan trabajos cuyo riesgo aumenta con la edad y que actualmente no pueden jubilarse sin ver mermada sus pensiones. La edad es un factor determinante para llevar a cabo determinadas profesiones.
Ponemos como ejemplo las cifras de la alta mortalidad laboral que el propio ministerio de Trabajo y Economía Social ha presentado con datos actualizados en septiembre de este mismo año, unas cifras que hablan por sí solas.
Accidentes de trabajo mortales en jornada de trabajo (ATJT mortales), según sexo y edad.
A pocos días del inicio de esta primera huelga, los mismos sindicatos convocantes, UGT y CCOO habían acordado con la patronal del transporte de mercancías con tonelaje superior a 3,5. Es son CETM, Fenadismer, ASTIC, UNO y FVET negociando a espaldas de los trabajadores y desactivando el paro previsto quitando importancia a las reivindicaciones de un colectivo que suma más de 200.000 trabajadores, se trata de los conductores del transporte de mercancías con tonelaje superior a 3,5.
Esta reivindicación histórica dice los sindicatos que ya comenzaron a plantearla hace 20 años. Y ya sabemos por qué no se ha conseguido sacar adelante: todo dependía de negociar acuerdos con la patronal a espaldas de los trabajadores.
Ni sindicatos ni patronal han presentado el contenido de ese acuerdo pero la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) ha declarado que se trata de un “acuerdo en relación a algunas de las reivindicaciones sindicales planteadas”, basado en tres puntos generales:
“- compensar el incremento en la cotización a la Seguridad Social que conllevaría la aplicación de coeficientes reductores en la cuota empresarial con una disminución de la actual cotización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales del colectivo”
“- promover otras medidas en materia de prevención de riesgos laborales, como la obligatoriedad de los reconocimientos médicos periódicos contemplados en la normativa preventiva, la facultad de las empresas de transporte de mercancías por carretera de realizar controles aleatorios de consumo de alcohol y drogas a sus conductores”.
“- se propone solicitar a los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social el establecimiento de un sistema de reducción de las cotizaciones por contingencias profesionales a las empresas de transporte de mercancías por carretera que hayan disminuido de manera considerable la siniestralidad laboral, o cuyos conductores profesionales no hayan resultado responsables de ningún accidente grave en el último año”.
El engaño es claro: favorecer a los empresarios mediante reducciones de cuotas en la Seguridad Social mientras deja a los trabajadores en peores condiciones. Estos cargarán la responsabilidad de velar por reducir accidentes, estarán más controlados por las mutuas patronales, a la par que verán reducidas sus cotizaciones. Un acuerdo vergonzoso del que salen perdiendo, más explotados si cabe, abandonados a su suerte. Y es que encima la posibilidad de jubilarse a los 60 años se ha esfumado y no se contempla para nada.
No se va a conseguir la jubilación anticipada en los despachos , mediante negociaciones a espaldas de los trabajadores…Todo depende de la fuerza de las movilizaciones y por eso éstas deben continuar y arrastrando a otros colectivos y sus reivindicaciones