El primer presupuesto del nuevo gobierno será revelado finalmente por Rachel Reeves la semana que viene, el 30 de octubre. Desde la elección de los laboristas hace 4 meses, no se ha parado de especular sobre lo que recortará y a quién pondrá más impuestos o no.
El agujero negro «sorpresa» que encontró en las finanzas públicas ya se ha duplicado hasta los 40.000 millones de libras. Dice que su prioridad es taparlo, ¡por el bien de la «estabilidad económica»! Y, por supuesto, cuanto mayor sea el agujero, mayor será la justificación para los recortes y para que «las cosas sólo empeoren».
Así, mientras el público se enfrenta a una Sanidad Pública rota, a un sistema de asistencia social roto, a un sistema judicial roto, a un sistema educativo roto, a una vivienda inasequible, al aumento de las facturas de las empresas privadas de agua y energía con sus accionistas risueños -la lista es interminable-, a la clase trabajadora se le dice que tendrá que tragarse la austeridad laborista: «decisiones difíciles» para muchos, no para unos pocos…
Se suponía que la contrapartida sería la Ley de Derechos Laborales, pero en realidad apenas hay nada que garantice una mejora a los trabajadores. La aplicación va a depender de la consulta con los empresarios, que son los que tienen la última palabra, lo que, por supuesto, no les impide poner el grito en el cielo.
Mientras tanto, Reeves repite hasta la saciedad que no es culpa suya tener que infligir austeridad, sino de 14 años de gobiernos tories que dejaron todo hecho un desastre. Curiosamente, Starmer no les dijo a los 300 directores ejecutivos «internacionales» que asistieron a su Cumbre de Inversión la semana pasada, que el país estaba en pésima forma, ¡cuando les pidió que le ayudaran a «hacer crecer» la economía! (…)
(…) De todos modos, sólo hay una diferencia obvia entre los tories y los laboristas cuando se trata de la patronal: Los laboristas tienen que hacerles la pelota, mientras que los tories son ellos, o sus hermanos y hermanas de sangre(…)
(…) Mientras en los países ricos las infraestructuras públicas se desmoronan y la pobreza relativa aumenta, en los países pobres hay pobreza absoluta, guerras civiles y hambrunas devastadoras. Esto está alimentando una crisis de refugiados permanente y sin precedentes. Que el cambio climático agrava al modificar la geografía de países enteros… en un contexto en el que mantener la tierra fría es un imposible, ya que ahonda en los beneficios de los más ricos(…)
(…) Sin embargo, existe una solución. Aquellos que no tienen nada que perder y todo que ganar -las clases pobres y trabajadoras- pueden luchar, incluso a través de las fronteras, para deshacerse del sistema de beneficios para unos pocos, con el fin de implantar una producción mundial planificada, racional y respetuosa con el medio ambiente, basada únicamente en las necesidades sociales. Eso se llama «socialismo». (…)
Extractos. Traducido de Theworkersfight.org
23 de octubre de 2024