Gobierno, patronal y sindicatos han acordado dar una ayuda de 426 euros a parados de larga duración durante 6 meses. Según manifiestan los firmantes (incluidos los sindicatos), esta ayuda es posible gracias a la recuperación de la economía. Se reconoce la supuesta salida de la crisis, que las reformas están dando resultados positivos y que el trabajo del gobierno es "buenísimo". No se dice que es una supuesta recuperación basada en contratos precarios y temporales, que en numerosas ocasiones enmascaran contratos a tiempo parcial con jornadas de 8 o más horas y que no se pagan las horas que superan el contrato. No se dice que en esta recuperación solo salen ganando los banqueros y empresarios.

No sorprende esta decisión tomada por el gobierno, puesto que el calendario electoral es apretado y las encuestas poco favorables. Entendemos que no es más que una maniobra para hacer frente a la indignación general, callar unas pocas de bocas y ganar votos. De la patronal tampoco sorprende, puesto que podrán "sacar tajada" al contratar a los beneficiarios de esta ayuda. Estos trabajadores no podrán rechazar ninguna oferta laboral, sea cual sea. De este modo cuando un empresario contrate a trabajadores que estén recibiendo los 426 euros, estos se les descontarán. Si el sueldo convenido fuese, por ejemplo, de 600 euros, el empresario solo abonaría 174; ¡si fuese inferior a los 426 euros, contratar a un trabajador le saldría gratis!

Lo que sí sorprende en este momento, cuando mucha gente madruga para acostarse pobre, trabajando de sol a sol por un sueldo miserable, es que los sindicatos reconozcan esta recuperación económica. Ellos dicen que algo es algo y que personas que no tienen nada podrán disponer de al menos 426 euros durante 6 meses. Reconocer que esta miserable ayuda se debe a que las reformas del gobierno están dando resultados, nos parece cuando menos sospechoso. Pero lo más indignante, es que mientras la matanza social hacia los trabajadores llevada a cabo por el PSOE antes, y ahora por el PP, queda sin respuesta por parte de la clase obrera, las cúpulas sindicales se conformen con que algunos trabajadores cobren una miseria con la que se supone, tienen que vivir.

¡Orientar, organizar, movilizar; esa es la función de los sindicatos!