Por iniciativa de los militantes de la CGT, varios centenares de trabajadores sin papeles de la región de París iniciaron una huelga el 25 de octubre para obtener su regularización.
Decenas de miles de trabajadores indocumentados, entre los que se encuentran lavavajillas de restaurantes, personal de reparto a domicilio, guardias de seguridad, manipuladores de logística, trabajadores de la construcción, recolectores de basura y personal de limpieza, trabajan en estos empleos tan duros y mal pagados. Estas mujeres y hombres trabajan para grandes superficies, como Monoprix o el café Marly del Louvre, como trabajadores temporales para grandes grupos, como Eiffage, Bouygues o Vinci en el sector de la construcción y las obras públicas, Chronopost o Fedex en la logística, para conocidas empresas de trabajo temporal, como Manpower o Adequat, o para empresas delegadas de servicios públicos, como Sepur, que recoge los residuos en la región de Île-de-France.
Como escriben en su folleto, distribuido por la CGT: “Somos parte integrante de la clase obrera de este país y no debemos ser despreciados ni ignorados. Creamos riqueza y desarrollo como nuestros colegas.” Al contrario de las insensateces que repite la extrema derecha y tantos otros enemigos de los trabajadores, están perfectamente integrados. Han vivido en Francia durante cinco, diez, quince años. Cotizan al sistema de seguridad social sin poder beneficiarse plenamente de él. Al no tener permiso de residencia, sufren más que los demás el chantaje y la arbitrariedad de sus jefes: trabajos más difíciles, salarios reducidos, inseguridad permanente, imposibilidad de acceder a jornadas reducidas…
Durante los últimos 18 meses, han sufrido doblemente los periodos de encierro, perdiendo sus puestos de trabajo sin la más mínima compensación para muchos de ellos o, por el contrario, continuando con sus tareas vitales, sin protección, amenazados tanto por los Covid como por los controles policiales.
[…] Los que se han organizado para obtener papeles y que ahora inician la lucha deben encontrar la solidaridad y el apoyo de todos los trabajadores. “Nuestra lucha es vuestra lucha, la lucha de todos los trabajadores por unas mejores condiciones laborales”, escriben en su folleto. Tienen toda la razón. Dejar que los empresarios y el gobierno faciliten su explotación negándose a regularizarlos, dejar que impongan largas jornadas por salarios miserables, es dejar que nos dividan y debiliten a nuestro bando. ¡Regularización de todos los trabajadores indocumentados!
Traducido de Lutte Ouvrière