El 22 de octubre se tiene previsto pasar a votación las propuestas del presidente derechista Felipe Calderón para la privatización de PEMEX, empresa estatal del petróleo mexicano. Desde este verano se están desarrollando movilizaciones en México contra los intereses de la burguesía mexicana e internacional en el petróleo mexicano. La última gran movilización ha sido durante los actos de celebración de la independencia en la plaza de Zócalo, con cientos de miles de manifestantes llamados por López Obrador y su movimiento contra la privatización de PEMEX.
Andrés Manuel López Obrador, dirigente del movimiento ciudadano promovido por éste y sectores del PRD después del fraude electoral de 2006. En estas elecciones se realizó un fraude masivo violando las leyes electorales y permitieron que la derecha, con Felipe Calderón, tener el gobierno federal de México. López Obrador se presenta como presidente legítimo y con su gobierno alternativo promueve una resistencia cívica contra el actual gobierno. Este movimiento es también la base reivindicativa en contra de la privatización de PEMEX.
El carácter socialdemócrata y nacionalista de López Obrador y de su partido el PRD no es óbice para que anime las movilizaciones populares. Lo cual no quiere decir que las bases políticas sobre la que este dirigente lidera el movimiento sean revolucionarias. López Obrador lo único que pretende es apoyarse en el descontento y la movilización popular para reivindicarse como presidente de la nación. Su programa no pasa de ser el típico conjunto de medidas nacionalistas y populistas que le permiten tener un liderazgo y crear ilusiones de cambio en la población. Él, reiteradamente ha puesto límites al movimiento para que se desarrolle dentro de la Constitución mexicana sin tocar la propiedad privada de la oligarquía. La movilización puede ser llevada a un callejón sin salida y la gente desmoralizada, si el movimiento no traspasa los límites del nacionalismo populista que le dota López Obrador.
A pesar de estos límites del movimiento nacional contra la privatización petrolífera y de crear ilusiones en la población, las movilizaciones populares expresan el ansia de la población mexicana por sacudirse del yugo de la miseria originada por la explotación de su burguesía.
En los meses de Julio y Agosto, se han desarrollado consultas electorales en México promovidas por el Movimiento en Defensa del Petróleo contra su privatización. Estas consultas han sido posibles, gracias al gobierno del Estado de México DF, los partidos de izquierda como el PRD y PT, que junto a organizaciones populares, han apoyado e impulsado estas votaciones. Éstas tenían por objetivo movilizar a la población mexicana en contra de la posible privatización de PEMEX o parte de sus actividades. La visita de la Ministra española de Presidencia, María Teresa de la Vega, y de Trinidad Jiménez, Secretaria General de las Relaciones con Iberoamérica, viene a corroborar los intereses petroleros de las multinacionales, en este caso Repsol, en el posible negocio del petróleo mexicano.
La presidencia de los Estados Unidos de México, en manos del derechista PAN, cuyo presidente es Felipe Calderón, ha presentado en el parlamento mexicano una ley que permitirá la privatización de parte de las actividades energéticas. Ahora son realizadas por PEMEX, empresa estatal, desde que Lázaro Cárdenas expropiara en 1938 la extracción, transformación y distribución del petróleo y gas de este país. El petróleo es una de sus riquezas fundamentales y para dar una idea del potencial económico, en México de cada 10 pesos que ingresa el Estado 4 son por vía del petróleo.
La consulta realizada el 27 de Julio dio como resultado una participación de mas de 870 mil personas en Méjico DF, 1 millón 700 mil en otros Estados con una abrumadora mayoría del 90% a favor del no a la privatización de PEMEX. En México DF los 870 mil votantes significan el 30% del censo electoral. Porcentaje mayor que otras consultas y parecido al de las votaciones para la elección de puestos institucionales. La consulta ha llevado el rechazo de la derecha y parte del PRD que ha llevado una campaña en contra de ella y obstaculizado lo más posible las votaciones, impidiendo que los medios de comunicación audiovisuales permitieran un debate justo. Naturalmente esta consulta no es vinculante y no obliga a los parlamentarios mejicanos a nada. De hecho, según las informaciones de la prensa el PAN, el PRI y parte de diputados del PRD ya han pactado la reforma energética incluyendo la privatización de parte de PEMEX y tienen los votos necesarios parlamentarios para sacar adelante esta reforma energética.
Esta consulta y la que se realizó el 10 y el 24 de agosto, tienen como objetivo implicar al máximo numero de personas en la lucha contra la privatización, comenzando así un primer paso en la movilización popular por PEMEX, organizando grupos de personas en las llamadas brigadas en contra de la privatización, en el Movimiento Nacional de Defensa del Petróleo. Cientos de personas se están organizando en estos círculos para promover el rechazo a la reforma energética y para promover la consulta. Por ejemplo, la brigada 21 de la capital, México DF, reúne a unas 100 personas, que en cada distrito electoral realizaron la movilización para apoyar el no y pretenden conseguir agrupar al máximo numero de población para realizar otras movilizaciones que impidan la privatización. En total, han participado en la consulta más de 2,5 millones de mexicanos, siendo abrumador el no a la privatización. Estas brigadas están promovidas por el candidato a Presidente de los Estados mexicanos López Obrador, apodado "el peje", que apoyándose en este movimiento denuncia el fraude electoral que se realizó en 2006 y que le impidió ser el presidente de México poniendo en la presidencia al derechista Calderón, ahora promotor de la privatización del petróleo. Este fraude electoral no es aceptado por los sectores populares que apoyaron al "peje" y que incluso en contra de sectores del PRD como Nueva Izquierda, se mantienen intransigentes apoyando al presidente legitimo de México, Andrés Manuel López Obrador -AMLO- con su gobierno constituido formalmente. El intento de quemar las papeletas de las votaciones se ha impedido por ahora, hasta su recuento y verificación final, ya que el CIDH - Corte Interamericana de Derechos Humanos-, pidió al organismo federal electoral que no las destruyera, hasta verificar el fraude electoral. Todos recuerdan como en 1988 Carlos Salinas de Gortari, PRI, consiguió la presidencia fraudulentamente en contra de Coauhtemoc Cárdenas, del PRD.
El futuro de las movilizaciones.
Las consultas de este verano han movilizado a millones de mexicanos por el no a la privatización de PEMEX. Es evidente que estas consultas no pueden impedir la privatización, pero los participantes de las brigadas del movimiento por el petróleo mexicano ven la consulta como un paso en la organización popular, para mejorar y parar el deterioro social que se evidencia cada vez más en el país. Para estos participantes PEMEX es solo un factor más de esta lucha contra los "pinches" del gobierno del Estado y de los ricos que hacen su negocio a costa de los más pobres. México, un país con más de 109 millones de habitantes, tiene altos índices de pobreza, un 50% de desempleo y bajos salarios, que han obligado a millones de personas a emigrar, o a buscarse la vida en las calles de vendedores ambulantes. La última crisis financiera en los ochenta, provocó un desempleo masivo, como muestran las calles de México donde miles de personas venden todo tipo de artículos. Existe 1 millón de niños desnutridos y zonas como Oaxaca -según el Museo de la Cultura de Oaxaca la mitad de los ingresos del Estado provienen de las remesas de divisas de los emigrantes- o Chiapas sufren pobreza endémica. Sin embargo, una minoría de ricos junto al capital financiero internacional dominan y explotan las riquezas y la mano de obra del país.
Esta situación social provoca que miles de personas vivan de la delincuencia y el tráfico de drogas. Los secuestros para sacar dinero por los rescates son el pan de cada día, en los cuales interviene la policía, en muchos casos... ¡cómo participantes de ellos! En 2007 se han denunciado más de 400 secuestros.
A esta situación de pobreza se le añade la represión política y los fraudes electorales. Contrariamente a la creencia de que México es un país democrático, este país sufre una represión política de todo aquel que lucha por sus derechos. Por ejemplo, en Oaxaca en 2006 fueron asesinadas 25 personas después de que miles de maestros protestaran por las condiciones de trabajo en la cual se encontraban; se sabe también de desaparecidos, y hay encarcelados decenas de personas por sus luchas.
A pesar de esta situación, la clase obrera lucha. En la región minera de Sonora, entre otras minas la famosa Cananea, el mes pasado de Julio se cumplieron 365 días de huelga reivindicando mejoras salariales y sobre todo condiciones de seguridad y salubridad que permitan evitar los accidentes en el trabajo. Esta huelga que se realiza contra la empresa explotadora minera del Grupo México, de la familia Larrea, tiene que enfrentarse no sólo a la intransigencia patronal sino también a las instituciones laborales del Estado que apoyan a la patronal.
Ante esta situación hay que admirar que los trabajadores y los más pobres luchen y se organicen como puedan. Pero tarde o temprano la necesidad de organizar las luchas obreras, del campo y de la ciudad o las luchas vecinales, por las libertades y contra la privatización de PEMEX, tendrán que unificarse en un programa político revolucionario que básicamente expropie al capital las riquezas producidas por el trabajo y organice la sociedad con justicia e igualdad bajo el control democrático de los trabajadores y de la sociedad.
9 de octubre 2008