El miércoles, la Oficina Nacional de Estadística anunció que el Índice de Precios al Consumo (IPC) subió un 5,1% en los 12 meses hasta noviembre de 2021, frente al 4,2% de octubre, algo que, según los pronósticos, sólo iba a ocurrir en la próxima primavera.
Se nos dice que los altos costes del transporte fueron los que más contribuyeron a ello: los precios de la gasolina subieron 7,2 peniques por litro entre octubre y noviembre. Este fue el mayor aumento mensual desde 1990, cuando la ONS comenzó a llevar registros. No es que los trabajadores no lo supieran ya: están pagando entre 10 y 20 libras más por depósito, según el tamaño del vehículo que conduzcan…
Pero esto también significa que el índice de precios al por menor, o RPI, que está más cerca de las subidas de precios reales que experimentan los trabajadores, ya supera el 6%. Y que las subidas salariales, incluso del 5% (dadas por Ford Gran Bretaña, por ejemplo) siguen sin suponer un aumento salarial en términos “reales”.
Todo esto significa que la clase trabajadora se enfrenta al mayor aumento del coste de la vida en una década.
Y es probable que las cosas empeoren mucho más por los efectos económicos de Omicron. No sólo por el aumento de los despidos, o el trabajo desde casa (no es una opción para los trabajadores esenciales), sino porque para muchos con contratos eventuales, cuando se enferman no hay ninguna paga por enfermedad, además, la prestación/subsidio de la Seguridad Social británica, el SSP, es de sólo 96,35 libras a la semana. El gobierno se ha negado rotundamente a elevar la paga por enfermedad al nivel de un salario digno ni a garantizar que cada trabajador que tenga que autoaislarse pueda obtener fácilmente lo necesario, sin la actual miseria, ¡sin tener que pasar por imposibles aros burocráticos!
Por lo tanto, no hay tiempo que perder: la clase trabajadora debe prepararse para organizar una fuerte lucha colectiva en materia de salarios, incluyendo el salario por enfermedad, en el nuevo año. Y esto no puede dejarse en manos de los líderes sindicales que sí han estado organizando alguna que otra huelga, pero nunca de una manera que una todas nuestras fuerzas para lograr el máximo impacto. Porque el máximo impacto es lo que se necesita.
Traducido de worker’s fight.org