Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía por el PSOE, puesta en el cargo por Griñán cuándo este abandonó la presidencia para ir al Senado -muchos dicen que se fue por el caso de los EREs falsos- ha roto el pacto de gobierno con IU. De esta forma ha convocado elecciones anticipadas para el próximo 22 de Marzo.
En el PP el anuncio no parece haber sentado muy bien. Y ni que decir tiene en IU... Según Susana Díaz no se podía acabar esta legislatura porque no había estabilidad para gobernar dado el "giro radical" de IU. ¿Giro radical u oportunismo de Susana Díaz?
Susana Díaz ha visto una oportunidad de oro para adelantar las elecciones, habida cuenta de la eventual caída de IU y el posible ascenso de Podemos. De esta forma resta tiempo para que Podemos termine de organizarse, pillando a destiempo también al PP. Sobre todo ahora que Alberto Garzón es el candidato para la presidencia del Gobierno, sustituyendo a Cayo Lara, y es más proclive a un posible pacto con Podemos. Aunque no faltan voces que aseguran que Susana Díaz lo que tiene es puesta la vista en Madrid por mucho que lo niegue cara al público.
Susana se ha explicado: ..."Imaginen que en una pareja de novios o recién casados, uno le dice al otro: 'dentro de seis meses vamos a analizar nuestro posible divorcio', ¿cómo se quedaría el otro?",... "En ese momento ya tendría falta de confianza para afrontar la convivencia", pues "algo parecido" ha ocurrido entre los socios del gobierno de coalición" ¡Análisis político de profundidad!
Lo que hay detrás de todo esto es el juego politiquero de convocar elecciones cuando a "mí" me interesa. El momento más favorable para tener los máximos votos. Pero a pesar de este juego de trileros, la realidad es que Susana junto con Valderas, han mantenido los recortes; no vale culpabilizar a Madrid o argumentar que se ha recortado menos que en otras comunidades, porque el fondo es el mismo y cambia poco la situación de paro y miseria de Andalucía. El hecho real es que el pacto con IU no ha hecho más que gestionar los recortes y los ataques a la clase obrera. Quizás menos que en Castilla la Mancha, pero recortes al fin y al cabo. Está más que demostrado: seguir confiando en Susana Díaz o en la papeleta de voto, y no en la lucha obrera, no es el camino.