El mundo vive en crisis humanitaria
El nuevo año aparece con todo el dolor de las guerras, la miseria extendida por los cinco continentes y las crisis humanitarias continuas que tienen su expresión más cercana en las migraciones de los damnificados del mundo. Cada vez se hace más presente que el capitalismo ha agotado sus capacidades de progreso social en una sociedad en crisis humanitaria global. Solo a Canarias han llegado 53.000 personas en 2023. Y en estos primeros días de 2024 han llegado más de 700. ¿Cuántos morirán en el camino?
Una y otra vez el progreso de la humanidad se ha visto impedido por las crisis económicas y sociales, por las guerras para sostener a los poderosos y a su vez se ha visto como las crisis económicas mundiales se suceden periódicamente impidiendo el desarrollo del bienestar humano.
La guerra en Ucrania, la “campaña de invierno” lleva la muerte a miles de inocentes y a nuevos meses de privaciones y miseria. Los muertos y heridos entre los soldados rusos y ucranianos enterrados en las trincheras se cuentan por millares, en esta guerra en la que las potencias imperialistas y Rusia se enfrentan por el control geopolítico y económico de zonas geográficas para negocio de las grandes multinacionales, empezando por el negocio de las armas y de los oligarcas del otro lado. El precio para el pueblo ucraniano es terrible pero también para el pueblo ruso.
Por otra parte el genocidio del pueblo palestino en Gaza que lleva a cabo el estado sionista de Israel lleva ya más de 22.000 víctimas, miles de ellas niños y niñas inocentes. Aquí el terror de Israel nos lo venden como guerra de defensa cuando lo que hay detrás es el interés imperialista de occidente capitalista para tener el control de una zona geográfica estratégica para sus negocios. Es Israel el perro guardián de estos espurios intereses. Europa y EEUU son cómplices en el genocidio.
Y tenemos que denunciar las guerras silenciadas en África. La opresión del pueblo saharaui que conocemos todos por la intervención de Marruecos. El caso de Sudán, donde la hambruna amenaza a seis millones de personas, es terrible. En la República Democrática del Congo, la guerra civil ha durado años en la región de Kivu, que ha causado seis millones de muertos y casi cuatro millones de refugiados. Y siempre, detrás de todo ello están los ejércitos de las potencias imperialistas para asegurar los beneficios de las multinacionales a las que estas materias primas son esenciales, como el coltán o el uranio. Detrás de todo ello está el nudo gordiano del capitalismo que ata la miseria y opresión a la humanidad por medio de la explotación en el trabajo.
Marx estudió las condiciones históricas , evolución y mecanismos de la sociedad capitalista y en general de la evolución de las sociedades humanas. “Una formación social no desaparece nunca antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen relaciones de producción nuevas y superiores antes de que hayan madurado, en el seno de la propia sociedad antigua las condiciones materiales de su existencia.”
En 2008 se vio el primer gran aldabonazo de la crisis capitalista del siglo XXI. Las guerras y el caos internacional, el genocidio palestino muestran la incapacidad de este sistema capitalista de mantener un orden en función de los beneficios empresariales y políticos de la burguesía. Poco a apoco se acerca la gran disyuntiva del final de la era capitalista: socialismo o barbarie.