Los trabajadores del mundo recordamos este día la lucha internacional por los derechos y las reivindicaciones del mundo del trabajo que en 1886 defendieron los llamados "mártires de Chicago" asesinados en la horca por el gobierno de EEUU en un falso juicio sin garantías.
En esa época luchaban por las 8 horas de trabajo, 8 de ocio y cultura y 8 de descanso. Era la lucha por repartir el trabajo en un horario digno para todas las personas trabajadoras. Millones de trabajadores de todo el mundo han luchado y luchan por mantener condiciones de trabajo dignas y para acabar con el régimen de explotación del trabajo que supone el capitalismo.
Hoy 129 años después las condiciones de trabajo están retrocediendo a niveles, en muchos casos, de esa época. Jornadas de trabajo de 10 y 12 horas, salarios de miseria, desempleo crónico y precariedad se viven en nuestro país como algo ya cotidiano y no solo una excepción. No hablamos ya de los países pobres de América, Asía o África, que asumimos con desgraciada naturalidad, hablamos de Europa, la cuna de la ciencia y del desarrollo tecnológico.
En nuestro país casi 13 millones de personas están en la pobreza, 6 millones de trabajadores trabajan por un salario menor o igual al salario mínimo de 645€, 9 millones viven con un sueldo de 1000 € o menos al mes y hay 5 millones de parados. Y esto, de un total de unos 22 millones de trabajadores asalariados, es decir, cerca del 70% de los asalariados viven en condiciones de trabajo precarias.
Esta situación no es causa de una catástrofe natural, económica o social. Es fruto de la crisis del sistema capitalista y de la gestión de los gobiernos de turno en favor de los capitalistas. La crisis es inherente a este sistema económico que vive de los beneficios y de la explotación de los trabajadores y de los más pobres y la única manera que tiene de salir de ella es golpeando y atacando las condiciones de vida de la población. Además, esta catástrofe del capitalismo es internacional y muestra que el sistema está obsoleto y hay que cambiarlo ya.
El 1º de Mayo es un día para recordar y para luchar. Recordar que somos una clase internacional y que tenemos que seguir luchando hasta derrocar el capitalismo.