El alcalde y dirigente del PP de Vitoria, Javier Maroto, lleva años propagando un discurso repulsivo contra los inmigrantes, especialmente magrebíes. Así el pasado verano por ejemplo afirmó que "los inmigrantes magrebíes vienen a vivir de las ayudas sociales", y propone limitar el acceso de las personas inmigrantes a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Esa campaña lanzada por Maroto sólo ha conseguido enrarecer el clima, y ahora se viene registrando la aparición de pegatinas claramente racistas y xenófobas.
Frente a esta situación miles de personas, incluyendo más de 40 comités de empresa de la ciudad que representan a 12.000 trabajadores, se han adherido al manifiesto lanzado por la plataforma Gora Gasteiz. Ese manifiesto denuncia un racismo institucional que sirve a "intereses que nada tienen que ver con el bienestar de la ciudadanía". En efecto, estos discursos tienen un objetivo: oponer entre sí a los trabajadores. Este alcalde y demás politiqueros y capitalistas saben perfectamente que la unidad de la clase trabajadora es lo único que tienen que temer.
El sábado 18 de abril la plataforma organizó con varios cientos de voluntarios, una jornada de reivindicación en las calles de Vitoria con una marcha en la que participaron miles de personas, además de conciertos, comidas de diversos orígenes, talleres y animaciones. Esto demuestra el rechazo de muchos entre las clases populares al veneno del racismo que intenta difundir el alcalde; el único antídoto posible: amplias luchas de trabajadores de todos los orígenes contra sus enemigos comunes, capitalistas, banqueros y politiqueros a sus órdenes.