El pasado 28 de abril se celebró el día mundial de la seguridad y salud en el trabajo. Apenas se ha oído hablar de ello en los medios y sin embargo la realidad del mundo laboral contrasta con las cifras de los resultados económicos empresariales que se publican en el IBEX y que sí son noticia diaria.

Son miles los trabajadores y trabajadoras que siguen sufriendo el incumplimiento de normas básicas de seguridad y salud laboral en sus puestos de trabajo.

En 2022 se contabilizaron casi 1.200.000 accidentes de trabajo, aumentando en un 5% respecto a 2021 y se produjeron 826 muertes en el trabajo, 121 más que el año anterior. El sector servicios tiene una constante en la incidencia de los accidentes. La edad es un determinante, como lo demuestra que los accidentes en jornada y los in itinere de tipo leve se dan en personas entre los 40 y 44 años; los graves, entre los 50 y 54 años, y los mortales, entre los 55 y 59 años.

Salvo excepciones, las subcontratas son las que más empujan a sus plantillas a realizar el mayor número de trabajos al menor costo posible. Ese costo no solo se traduce en recortes de salario, también se recortan medios preventivos. Se anteponen los beneficios a la seguridad y la salud.

Y esto hay que denunciarlo, no basta solo con mostrar las cifras cada año. Hay que citar y denunciar a los empresarios que se enriquecen con estas prácticas.