El pasado 26 de abril se conmemoró en Guernica el 85 aniversario de la masacre que el gobierno de Franco ordenó sobre la población civil.

Durante la Guerra Civil, las tropas golpistas encuentran un freno a su avance en el Frente Norte, entre Gipúzcoa y Vizcaya. Meses más tarde estas tropas franquistas consiguen avanzar gracias al apoyo de los gobiernos de Alemania y de Italia, que ya contaban con destacamentos en España.
El 26 de abril de 1937 la legión Cóndor, unidad aérea alemana y la aviación formada por los legionarios italianos iniciaron un bombardeo sobre la ciudad de Guernica que duró cuatro horas.

Aunque los agresores pretextaron que Guernica era un objetivo militar vital para cortar la retirada y el aprovisionamiento del ejército republicano, y por ello debían volar el puente, única vía de acceso, lo cierto es que éste permaneció intacto, mientras la ciudad quedó reducida a escombros en un ataque dirigido contra la población civil que fue bombardeada y ametrallada.

Esta huyó a cobijarse ante las primeras bombas y muchos murieron enterrados bajo los escombros. La población que trataba de huir fue ametrallada en sus rutas de escape.

Días antes otro ataque indiscriminado contra la población civil fue ejecutado por Franco en la ciudad de Durango, provocando unas 250 muertes. Estos ataques marcarían el inicio de una estrategia de terror de Franco que llevó por nombre “Guerra Total”.

Dos días antes del ataque la emisora de radio del bando franquista emitió desde Salamanca la siguiente advertencia: “Franco se dispone a propinar un fuerte golpe contra el que es inútil cualquier resistencia. ¡Vascos! ¡Rendíos ahora y se os perdonará la vida!”

En un principio se estimaron entre 120 a 300 las víctimas mortales, sin embargo, un estudio posterior procedente de la Universidad de Nevada ha elevado la cifra de muertos a alrededor de 2000. Aunque oficialmente nunca han llegado a saberse las cifras de víctimas ni existen datos fiables sobre el número exacto.

El carlista Jaime del Burgo le preguntó horrorizado a un teniente del Estado Mayor del general Mola: «¿Era necesario hacer esto?». El teniente le contestó: «Esto hay que hacer con toda Vizcaya y con toda Cataluña».

Esta masacre fue inmortalizada por el pintor Pablo Picasso en su célebre cuadro el “Guernica”, que representa la crueldad humana que se expresa a través de la guerra.

La Guerra Civil que comandó Franco tuvo preferencia por la población trabajadora a la que mediante el terror intentó someter y anular su voluntad. Los bombardeos, los crímenes que se cuentan por miles, como lo atestiguan las fosas comunes de las que Pico Reja en Sevilla es el ejemplo más notorio, así como los presos usados para trabajos forzados…Son la respuesta, al fin y al cabo, de una clase burguesa que ejerce el poder contra los oprimidos y los desposeídos, contra la población trabajadora y sus organizaciones.

Para la mayoría de la población, que vivía en la pobreza, que soportaba trabajos extenuantes, privada de educación y de medios para hacer frente a las enfermedades, la única salida hubiera sido el triunfo de la revolución social, para librarse de la tiranía que representan los dueños de los medios de producción, que les eran vetados y estaban en manos de terratenientes, de los patronos en las fábricas, y del gobierno, incluso republicano, que representaba solo los intereses de unos pocos. Es la lucha de clases.