El Gobierno piensa llevar a cabo nuevas reformas en las políticas de empleo: hay ayudas de hasta 9.000 euros para las empresas que creen empleo y habrá también distintos planes de formación.
La formación está siempre bien, qué duda cabe; pero que no nos engañen: no es la falta de ella la causa de los despidos, ni siquiera desde antes de la pandemia. Los despidos vienen dados, como indican las mismas empresas, por la caída de las ventas y sus beneficios. Tenemos, por ejemplo, a las empresas del multimillonario “filántropo” Amancio Ortega, que ha decidido llevar a cabo ERTEs y luego EREs, sin importar aquí cuan cualificados estén los trabajadores afectados.
Tenemos a empresas con un alto nivel de cualificación profesional; Airbus, que junto con una miríada de empresas aeronáuticas como Alestis o Aciturri, siguen llevando a cabo despidos y ERTEs; Navantia es otro ejemplo similar. También en Nissan o en Ford… o en el sector de las telecomunicaciones Indra, que planifica miles de despidos ante su caída de beneficios.
No se despide por falta de formación, sino por la presión de los accionistas por mantener sus beneficios. El sistema capitalista, dominado por el beneficio empresarial, es el único responsable de que se lleven a cabo despidos de trabajadores.
La actual etapa de destrucción de empleos masivos, con la COVID-19 como excusa, solo beneficia a los empresarios. Empresas como Airbus ya han hecho sus pronósticos. El beneficio operativo de Airbus será de 3.560 millones de euros este año, un 10% inferior al de 2019. Pero beneficio, al fin y al cabo.
Eso sí, gobierno y sindicatos facilitan la “paz social” a los empresarios y ofrecen cursos para consolar a los trabajadores y de paso distraerles de su verdadera labor, una labor que no puede ser otra que organizarse y luchar contra el capitalismo.