El futuro del campo

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febrero 2006

Los jóvenes de los pueblos agrícolas y ganaderos colindantes a las grandes ciudades se quejan de los pocos recursos que ofrece su pueblo para encontrar empleo.

Los campos de cultivos en estas zonas, que siguen siendo agrícolas para la especulación de uno o dos terratenientes, se han convertidos en urbanizaciones de chalet adosados para el que quiere huir de la gran ciudad o en grandes zonas para centros comerciales. Los que no tienen la suerte de ganar 500 o 600e de cajeras o reponedores se convierten en mano de obra emigrante para el campo de otros pueblos alejados o en ambulantes apetecibles para cualquier contratista sin escrúpulos de la construcción.