Por mucho que quieran vendernos que la última reforma laboral se traduce en un aumento de contratos indefinidos y en una limitación de los contratos temporales, la realidad es otra. Aumentan los contratos a tiempo parcial, lo que unido a los bajos salarios, hace que la precariedad laboral siga extendiéndose.

No solo aumentan los empleos precarios. Los salarios hace años que están muy por detrás del IPC. La actual inflación pone contra las cuerdas a la población trabajadora, con la subida de precios de los productos, la escala del precio de la luz, la subida de los tipos de interés bancario. Si actualmente existe un aumento del pluriempleo es porque un solo sueldo no da para vivir.

El segundo trimestre fue el que presentó más trabajadores con más de un empleo desde el año 2008, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa del INE. Entre abril y junio hubo más de medio millón de trabajadores con un empleo secundario. Concretamente, hay 547.800 personas en España en situación de pluriempleo.

No se contabiliza una cifra igual desde hace 14 años. En el segundo trimestre de 2008 el pluriempleo alcanzó a 571.800 trabajadores, según datos del INE.

Los bajos salarios provocan que muchos trabajadores recurran a un segundo e incluso un tercer empleo, para poder llegar a un sueldo decente a fin de mes. Si los salarios fuesen altos la gente no se vería obligada a aceptar segundos o terceros empleos aún peores, que solo aceptan porque la situación actual de crisis, con la inflación de los precios y los bajos salarios, le empuja a ello. Es un efecto perverso de la economía capitalista sobre el mercado de trabajo. No hay que olvidar que la diferencia entre los sueldos y las subidas de los precios, es dinero que se lleva de beneficio la patronal.

Por ello los trabajadores tenemos que exigir como primera medida la inmediata indexación de los salarios al IPC, junto a la revisión salarial mes a mes. Además de otras como la prohibición de los despidos. Para ello es imprescindible contar con asambleas decisorias de trabajadores en todas las empresas, donde además se designen comisiones para controlar las cuentas de las empresas.