En la noche del 3 de enero, un ataque con drones de los Estados Unidos mató a nueve personas en Bagdad, incluido el General Soleimani de la República Islámica del Irán. Como comandante en jefe de las tropas iraníes que actúan en el extranjero, Trump y sus ministros presentan su asesinato como «castigo» tras las manifestaciones contra la Embajada estadounidense en Bagdad.

Desde que Trump cuestionó el acuerdo nuclear con Irán en 2018, Teherán ha vuelto a ser el objetivo designado por los Estados Unidos. Con esta ejecución, Trump quiso afirmar que los Estados Unidos golpean cuando quieran y donde quieren, mostrando así, una vez más, que se consideran guardianes del orden imperialista. De este modo, asume deliberadamente el riesgo de desencadenar una verdadera escalada bélica en una región ya devastada por la política de las grandes Potencias.

¡Una escalada sangrienta que no sabemos adónde puede llevar al planeta!