Noticias obreras

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Diciembre 2005

Los artículos que vienen a continuación son artículos que ilustran el punto de vista de obreros de la construcción que trabajan en las obras que se desarrollan ahora por todas partes en España y que construyen las grandes fortunas del país.

El chollo de las subcontratas

Durante los últimos veinte años todas las contrataciones del sector de la construcción han sido mediante subcontrataciones. Todos los trabajadores conocemos y sufrimos a estos empresarios que sólo ponen la mano para cobrar tu sueldo y poner su parte a buen recaudo, y no comprendemos cómo pueden mantenerse este tipo de parásitos que nos quita la mitad de nuestro dinero abaratando los salarios y creando un ambiente de inseguridad en todos los trabajadores.

No se puede entender este fenómeno sin que de por medio existan unos intereses creados muy fuertes en todos los resortes que mueven este sector. Tantos políticos con cargos como empresarios, incluyendo políticos empresarios, se deben de estar poniendo las botas a costa de los trabajadores, que rozan las condiciones de los esclavos que construían las Catedrales en la Edad Media con sus muertos incluidos.

El proyecto del Ayuntamiento de Madrid de la M-30 se lo reparten entre más de veinte empresas y cada una de ellas cuenta con más de diez subcontratas. Sólo en comisiones y regalos se mueve más dinero que en el sueldo de todos los trabajadores. Esto es un chollo para todos menos para los currantes.

Todo cerdo tiene su San Martin

Los trabajadores de Pedro Labella Sociedad Unipersonal, una de las subcontratas de GEOTECNIA, disfrutaron de unos días de satisfacción al recibir la noticia de que la Constructora había cesado a su jefe debido a problemas muy graves, pero que los trabajadores continuarían en sus puestos con una nueva subcontrata. Esta noticia supuso para todos un espejismo y una alegría agridulce; se comentaba que como a todo cerdo le llega su San Martín había llegado la hora del cerdo de nuestro jefe.

Todos sabíamos que se resistiría a dejar su chollo y tendríamos problemas, se negaría a despedirnos y tendríamos dificultades para cobrar nuestro salario. Tras dos semanas de incertidumbres, donde incluso propuso que nos pusiéramos en manifestación en la puerta de la obra por él para mantener sus intereses, se dio por vencido y cambiamos a Guatemala por Guatepeor porque la madre empresa no para de parir cerditos que nosotros tenemos que alimentar. Pedro Labella después de más de veinte años había perdido su fuente principal de ingresos, sin embargo, ésto le había supuesto una posición cómoda para él, sus hijos y sus nietos con muchas hectáreas de olivos en Andujar -entre otros negocios- y una fuerte cantidad de dinero en el Banco. Mientras tanto los trabajadores que desde sus comienzos habían estado con él no pudieron mantenerse esa dos semanas que él retrasó el pago de la nomina.

Más precariedad, más subcontratas, menos salarios = más accidentes

Las cifras de accidentes en los puestos de trabajos son cada vez mas numerosas y el índice de mortalidad cada año supera al anterior, sobretodo en el sector de la construcción, como demuestra el último accidente ocurrido en Granada al desplomarse una de las vigas del viaducto de la Autovía del Mediterráneo causando cinco muertos y 12 heridos entre los trabajadores contratados. Esto, al igual que los 700 fallecidos en lo que va de año en este sector, no va a cambiar la política empresaria de subcontrataciones precarias, destajos, o sobrecargas de horas que el trabajador acepta para compensar unos salarios bajos que no cubren las necesidades de nuestras casas. A estas alturas debería estar suficientemente comprobado que las campañas de todos los gobiernos para prevenir los accidentes laborales y los métodos de la patronal, quizás a alguien le traiga beneficios pero a los trabajadores no nos valen para nada.

Las soluciones que las empresas ponen para prevenir los accidentes laborales

Todas las grandes empresas de construcción desde principios de los años noventa, en este caso ayudadas por el PSOE, se deshicieron de todas las plantilla fijas y se desentendieron del compromiso de las contrataciones poniéndolas en manos de pistoleros llamados subcontratistas. De este modo evitaban la organización de los trabajadores y los dividían en distintas empresas evitando así los molestos comités de empresas. Por otra parte los múltiples contratos, aparte de desequilibrar al trabajador con distintos intereses, les permitirían despedir con facilidad a los que no les gustara.

De esta forma desaparecen de las grandes empresas los representantes sindicales y la representación de los trabajadores en Seguridad e Higiene, cosa muy molesta para ellos porque según las empresas los trabajadores no tenían ni idea y sólo sabían estorbar para no trabajar, alegando que ese asunto debería de estar en manos de técnicos especializados, que ellos pondrían con mucho gusto. Desde entonces hasta hoy todas las empresas grandes tienen sus distintos técnicos de Seguridad e Higiene que se dedican a visitar las obras una vez al mes durante un cuarto de hora aproximadamente para hablar con los trabajadores. La charla siempre es la misma y el trabajador no tiene ni voz ni voto, sólo les dejan hablar lo preciso. Ninguno de los empleados somos contratados por la empresa y pertenecemos a distintos contratistas, tenemos distintos contratos y distintas condiciones, incluso los que dependemos de la misma subcontrata. Lo único que tenemos en común es que todos conocemos de memoria la charla y el libro de dibujitos que nos van a regalar.

La típica charla de seguridad comienza con los distintos trabajos que se están realizando; a distintos niveles de caída, con tal o cual caída de objetos, para continuar con la importancia de los EPIs, como pueden ser cascos, guantes, arneses etc. Para terminar asegurando que los trabajadores somos los únicos que podemos velar por nuestra seguridad. De esta manera a veces nos hacen responsables de los accidentes y nos dan a entender que somos unos inconscientes, insinuando algunas veces que la culpa es nuestra.

Las cosas que nunca mencionan los tecnicos de seguridad puestos por las empresas

Está claro que los técnicos adiestrados por las empresas para cubrir expediente, queriendo demostrar así que se preocupan de poner todos los medios a su alcance para evitar los accidentes laborales, no hacen ningún caso a lo que por otra parte a nivel europeo, sobre la prevención de accidentes, es muy importante. Por ejemplo, Tráfico apunta cómo en la prevención de accidentes en carretera el descanso de un cuarto de hora por cada dos horas al volante en trayectos largos es esencial. Sin embargo ésto sólo se preocupa de que se cumpla en vehículos particulares puesto que no perjudica la economía patronal. Pero en el tema laboral pocas empresas de transportes cumplen estas normativas, incluyendo a las de transporte público y sobretodo las contratas de viajeros de trayectos largos.

Los trabajadores tenemos que estar once o doce horas en el tajo si queremos sacar un sueldo medio decente. Son muchas horas seguidas entre andamios y situaciones peligrosas, que se agravan con la presencia de varios jefes vigilando y la incertidumbre de si el contratista pagará el mes, y si lo paga, cuanto va a mangonear.

La importancia de los EPIs

En los métodos de prevención de accidentes los empresarios dan toda la importancia al cumplimiento del uso de los EPIs, incluso con amenazas de multas si aparece una inspección. No quiero decir que no la tengan, por supuesto que sí. Pero eso es un grano en la montaña de arena que olvidan por intereses económicos. ¿Cuánto cuesta un casco o unos guantes? No mucho más que unos arnés o unas gafas de protección.

Otros criterios distintos tienen sobre las maquinarias nuevas, conservación de grúas, plataformas eléctricas de andamiajes, material de encofrado en condiciones para estivar zanjas u hormigón entreplantas o vestuarios en condiciones para los obreros. Por cierto, la mayoría de lo accidentes mortales, si no todos, son debidos a zanjas mal estivadas, fuegos en casetas de vestuarios donde a su vez se almacenaban materiales inflamables, derrumbe de plantas de hormigón, caídas de objetos manipulados por grúas o derrumbes de vigas debido a la escasez de cimentaciones o apoyos. Por cierto, que en todos estos casos no sirvieron de nada los cascos homologados... ¡tan importantes!

Hay quienes pretenden hacer a los trabajadores responsables de los accidentes laborales.

Algunas personas pretenden hacer ver que los trabajadores somos los responsables de nuestros propios accidentes, alegando que somos unos irresponsables. Incluso hay quien dice que no merecemos el interés que ponen los técnicos y el dinero que gasta el patrón. En lo segundo seguro que estamos de acuerdo, los obreros no merecemos la tiranía de los que se enriquecen y viven de nuestro trabajo.

Se nos hace responsable del aspecto lamentable que se puede observar en cualquier obra. Cables de corriente en mal estado, enchufes rotos sin clavijas y con los cables pelados, cuadros eléctricos sin puertas y deteriorados, redes -si las hay- desatadas y rotas, andamios sueltos y sin barras de protección que han sido quitadas porque han estorbado para realizar cualquier faena. Así como tablas llenas de puntas, carretillas rotas, cadenas y ganchos de la grúa en mal estado, sin seguro porque se rompió hace ya mucho tiempo y bateas deterioradas por el uso. Ésto a simple vista puede parecer y se presenta a veces como vandalismo del trabajador. Pero donde hay patrón no manda marinero y los obreros hemos perdido hasta el derecho a protestar por nuestra seguridad. No pertenecemos a las empresas a las que le trabajamos, somos de distintas contratas y eso nos resta poder al igual que unión y seguridad; si alguno de nosotros decimos algo sobre cualquier cosa con respecto a la falta de seguridad, lo más probable es que le digan a nuestro contratista que no nos quieren en la obra y nos mande a otra o al paro. De esta manera un sector de los trabajadores cada vez mayor somos convertidos en carnazas para lobos.