Tecnología solar, otra tecnología enjaulada en el corsé del capitalismo

печать
Febrero de 2023

          Los avances científicos y los tecnológicos se suceden de forma vertiginosa, acelerándose desde hace medio siglo. Sin embargo, ése enorme potencial de conocimiento y desarrollo es desaprovechado por los intereses del Capitalismo. Un ejemplo más de esto es la tecnología solar. Más de medio siglo se acumula en el conocimiento de esta tecnología y sus investigaciones. El potencial infinito de aprovechar la energía del sol quedó atrapado y hundido durante décadas por los intereses privados capitalistas.

          Sólo hasta que los intereses petroleros y gasísticos de las grandes multinacionales se han visto menguados por la necesidad dramática de favorecer otro tipo de energías debido al cambio climático, y al agotamiento de estos recursos, es cuando se ha permitido desarrollar esta tecnología de forma masiva; no sin antes tratar de asegurarse a través de leyes de los Gobiernos, y de la generación de grandes centros de producción (plantas termosolares por ejemplo), el monopolio y control de la energía, que va a permitir seguir extrayendo de la población grandes beneficios.

          Ante el interés capitalista, cualquier otra consideración palidece. Claro ejemplo de esto es el “gran patriota” del partido popular M. Rajoy, (muy conocido por estas siglas salvo para el entramado judicial), que aprobó el famoso y dañino, “impuesto al sol”, que hundió este sector tecnológico y las posibilidades de poner a este país a la cabeza a nivel mundial de una producción y fabricación industrial en materia de energía solar. Lo cual demuestra que “no existen” los intereses nacionales sino los intereses capitalistas, por mucho que las banderas se luzcan en los relojes o te den sombra en verano en grandes rotondas.

          Siempre y en cualquier sector encontramos el mismo patrón de actuación, investigaciones y tecnologías conocidas desde hace décadas, que podrían solucionar problemas de la humanidad, sanitarios, energéticos, alimenticios, etc, sepultadas bajo los intereses de los capitalistas, bajo los intereses de la propiedad privada de los medios de producción.
Con las grandes inversiones de los últimos años, sobrevenidas por el cambio climático, cada vez podemos aprovechar mejor la energía solar. La tecnología avanza a pasos de gigante, cambiando mucho las estructuras de las placas solares en comparación con lo que eran estos elementos hace algunos años. O desarrollando nuevas fórmulas de producirla de forma cada vez más potente y menos costosa. Se ha perdido más de medio siglo, pero ahora las inversiones capitalistas, (algunas de forma especulativa), han llegado, y el desarrollo está siendo inaudito. Cuanto tiempo perdido, bajo miles de excusas sobre rentabilidad para mantener los intereses petroleros que no paraban de escucharse en los medios de comunicación (más bien, de propaganda del Capital).

          Ahora, además de desarrollarse en muy pocos años dispositivos más potentes, también son más económicos, pudiéndose adaptar incluso a cualquier tipo de necesidad, sea para grandes o pequeñas poblaciones, viviendas aisladas, empresas, etc. Se calcula que desde el año 2010 hasta la actualidad se ha producido una reducción del precio de los paneles solares que llega hasta el 90%.

¿Y los problemas de gestión, distribución y almacenamiento de la energía solar?

          Uno de los grandes problemas que se veía con la energía solar es que tiene picos de producción y notables caídas, como consecuencia del día y la noche. Las limitaciones, sobre todo, en la capacidad de almacenamiento de esta energía, planteaban incluso dudas sobre la misma. Ha bastado la llegada de inversión para que los hallazgos y descubrimientos no paren. Unos investigadores de las universidades de Suecia y China, han perfeccionado un sistema que permite almacenar la energía solar, hasta dieciocho años y liberarla cuando y donde se necesite. Tras demostrar previamente cómo se puede extraer del medio de almacenamiento esta energía, extracción que se hace en forma de calor, ahora han conseguido que el sistema produzca electricidad directamente, al dotarlo de un generador termoeléctrico.

          El sistema se basa en una molécula diseñada de carbono, hidrógeno y nitrógeno. Cuando esté más perfeccionado, el sistema permitirá recargar dispositivos electrónicos a conveniencia del usuario mediante energía solar almacenada. Es decir, móviles, tablets, relojes, etc. Se trata de una forma radicalmente nueva de generar electricidad a partir de la energía solar. Implica que podemos utilizar la energía solar para producir electricidad independientemente del tiempo meteorológico, la hora del día, la estación del año o la ubicación geográfica. Además, el sistema funciona sin generar emisiones de dióxido de carbono.

          Podría enumerarse muchos más hallazgos y avances, pero lo que ha quedado claro es que apenas ha existido un poco de liberación acerca de los corsés que el Capitalismo había planteado a este sector, (para que algunas multinacionales mantuvieran sus beneficios), para que los avances y desarrollos se hayan multiplicado exponencialmente. La velocidad de desarrollo e implantación de esta tecnología podría ser mucho mayor, pero aún siguen pesando, entre otros, los intereses petroleros y gasísticos.

          Sólo una liberación de este sistema que no entiende de interés general y, que está basado en el beneficio inmediato y en el corto plazo, como es el Capitalismo, podría dar a la Humanidad una salida al cambio climático y un salto de gigante en su evolución como especie, pues el desarrollo del conocimiento y de la tecnología en todos los sectores sería absolutamente increíble.