El gobierno de Rajoy no dice ya más que falsedades y falsificaciones de los datos con vistas a las próximas elecciones. Casi nadie cree ya, ni sus propios votantes, los engaños sobre la crisis y el empleo.
Es posible que haya ingenuos que creyeran hace unos meses las palabras de los dirigentes del PP diciendo que hemos salido de la crisis. Los datos falsificados del paro podrían haber sido la prueba. Pero como sabemos, septiembre ha vuelto a darnos el bofetón de la realidad: 20.000 trabajadores más en desempleo.
La realidad es tozuda como una mula. El empleo que se crea es mayoritariamente temporal y a jornada parcial, en los servicios. Los salarios desde el 2007, año de comienzo de la crisis, han caído en picado. Según datos del INE si en 2011 el salario bruto medio era de 25.000 € anuales, en 2014 es de 22.790 €; y hablamos del salario medio, es decir, la media entre los salarios más altos y los más bajos. La realidad es que la mayoría de los trabajadores empiezan a ganar ya menos de 1000€, que hay 2,5 millones de personas que han agotado todas las prestaciones y que el salario mínimo, congelado, es de 645 €.
Los despidos a través de los EREs siguen en cascada. Hasta julio de este año más de 105.000 trabajadores se han visto inmersos en los EREs, de los cuales han sido despedidos 22.646 y más de 60.000 han tenido que optar por la reducción salarial y modificaciones de contratos, los EREs temporales.
Por mucho que quieran blanquear la realidad el hecho es que la clase trabajadora en su conjunto está perdiendo las condiciones de trabajo y de vida que tenía, volviendo a situaciones de hace 40 años.