EE. UU.: La violencia no cesa

Imprimer
Junio de 2022

El ataque con armas de fuego a un colegio de Texas efectuado por un joven de 18 años deja un balance de 22 muertos, (19 niños, 2 adultos docentes y el propio atacante que fue abatido por disparos de la policía), y numerosos heridos incluyendo a la propia abuela del joven perturbado, tiroteada poco antes del ataque.

Este tiroteo es el número 212 en EEUU en 2022 según “GUN VIOLENCE ARCHIVE”. 10 días antes hubo la matanza racista cometida en un supermercado de Búfalo donde fueron asesinadas 10 personas negras. Según la publicación “Education Week”, los incidentes producidos por armas de fuego en escuelas desde 2018 hace el número 118.

Este suceso ha avivado la indignación popular ante la incapacidad de políticos de frenar esta violencia armada, alimentada, cada vez más por la venta descontrolada de armas de fuego. Esta indignación se contrasta con la reunión anual del rifle celebrada días después, donde el mismísimo expresidente de EEUU (Donald Trump) no se ha cortado un pelo en defender la continuidad de la venta de armas.

No hay que olvidar que la industria y lobbies de las armas en EEUU es muy poderosa y apoya a la derecha política con dinero que no tiene inconveniente en recurrir a la segunda enmienda constitucional que hace mención a la libertad de portar armas de fuego.
EEUU pasó de república esclavista en el siglo XVIII, a una racista en el XX, en ambos casos, para continuar explotando a la población trabajadora y a favor de los intereses de la gran burguesía. Basado en esta violencia se desarrolló una cultura de las armas que es la base que proporciona a gente desequilibrada las razones para las matanzas, influidas además por las ideas reaccionarias y conspiranóicas de la extrema derecha.

No será suficiente prohibir o controlar la venta de armas para evitar que se produzcan estas matanzas indiscriminadas. Hay que construir una sociedad solidaria e igualitaria sin explotadores, ni explotados, donde el bien común esté por encima de los intereses individualistas, racistas y egoístas que predominan en la sociedad estadounidense donde manda el dinero.