Durante más de un mes, el ejército israelí ha utilizado todas sus armas, -aviones, artillería...- para destruir miles de edificios en Gaza, incluso escuelas y hospitales, matando a más de 3000 palestinos, la mayoría civiles e incluso 500 niños.
Lo que allí ocurre es una masacre, y lo hacen ante las cámaras del mundo entero. Y si Israel se puede permitir esta locura es porque las grandes potencias (a su cabeza el imperialismo americano) utilizan al Estado israelí como policía que vigila sus intereses en esta región estratégica. Y la pasividad, el silencio de los gobiernos (incluso los dirigentes de los países árabes) muestra la complicidad general de todos estos que utilizan los mismos métodos en cualquier rincón del mundo o en contra de cualquier revuelta popular.
¡No solo gritamos nuestra indignación y nuestra solidaridad con el pueblo palestino sino también nuestro rechazo a esta cadena de complicidad que permite estos crímenes!