Tras meses de bloqueo institucional, y a la hora que esto escribimos, parece que tendremos gobierno en la primera semana de enero de 2020. Año Nuevo, gobierno nuevo. Pero, ¿realmente será un nuevo gobierno?
Si la cosa no se tuerce PSOE y Unidas Podemos formarán un gobierno de coalición, con el apoyo del PNV y la abstención de los independentistas catalanes de ERC y los vascos de Bildu. Ni que decir tiene que toda la derecha española, PP y Vox, están montando un cirio espectacular, ni les gusta Podemos, como es natural, ni asumen el acuerdo con ERC porque temen la “destrucción” de la nación, a pesar que no tenían tal temor cuando políticos de derechas -como por ejemplo Aznar-negociaban con independentistas vascos de ETA. El PP incluso, en estos últimos días, está haciendo llamamientos para la movilización en la calle.
Por el contrario, muchas personas de izquierda se han vuelto a ilusionar por el gobierno de PSOE y Unidas Podemos viendo en ellos una oportunidad para mejorar, para hacer políticas más sociales y de progreso; evidentemente ni Sánchez ni Iglesias son tontos, y propiciarán políticas o medidas en tal dirección. Han acordado en su programa de gobierno derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral, garantizar la revalorización de las pensiones conforme al IPC, subir el salario mínimo, una subida de impuestos a las rentas más altas, prometen medidas en materia de vivienda, transición ecológica, memoria histórica, igualdad de género e impulsar el diálogo y la negociación para abordar el conflicto político catalán…
Por supuesto que, si hacen algo en torno a estas medidas, serán bienvenidas y es grato no tener un gobierno de la derecha rancia y casposa coaligados con la extrema derecha de Vox.
“Hemos alcanzado un acuerdo histórico que inaugura una nueva etapa para nuestro país” dice Pablo Iglesias y es aquí precisamente cuando ya ha empezado a faltar a la verdad, y lo sabe: Porque si no atacamos, por ejemplo, la propiedad privada de los pisos en manos de bancos y fondos buitres, y sin un parque de viviendas públicas suficiente, ¿cómo vamos a solucionar los problemas de vivienda en España? Pablo Iglesias sabe perfectamente que sus declaraciones respecto a la vivienda y en muchos otros aspectos, son meras intenciones en el mejor de los casos, o declaraciones vacías pues no se acompañan con medidas de fondo para resolver el problema de la vivienda o el paro, la precariedad o la desigualdad. Hablar que habrá que ver también y concretar qué medida de la reforma laboral va a ser modificada o derogada.
Son muchos años ya de conocer los gobiernos socialistas, la distancia que va desde lo que prometen a lo que efectivamente hacen, – ¿recordáis las ilusiones que levantó el primer gobierno de Felipe González, en 1982? – y también conocemos la deriva ideológica de Podemos desde sus comienzos hasta la actualidad.
En el actual programa de gobierno que nos presentan no aparece para nada lo que tanto se ha pedido desde las calles: Creación de una banca pública y una empresa pública de energía, nacionalización de la banca, reducir la jornada laboral sin reducir el salario. Nada de esto aparece, ni siquiera la “dación en pago”.
En cambio, en el acuerdo de gobierno que nos presentan sí aparece de forma muy clara que se va a seguir cumpliendo a rajatabla con “los acuerdos y límites presupuestarios establecidos, se defiende una política fiscal responsable que garantice la estabilidad presupuestaria y la reducción del déficit y de la deuda pública” es decir, la puerta sigue abierta para recortes y ERE.
A pesar de las ilusiones porque algo cambie, aspiración lógica y normal para parte de la población, o precisamente para no perder de nuevo las ilusiones, hay que tener mucho ojo porque si vienen nuevas desilusiones, abonamos el camino para la derecha, o aún peor, para la extrema derecha. Esto ya se ha visto varias veces a lo largo de la historia. Los políticos de izquierda que hacen políticas de derecha tienen su parte de responsabilidad en todo el movimiento de ascenso de la extrema derecha que está ocurriendo y no solo en el continente europeo.
Con este posible nuevo gobierno, podremos mejorar tal o cual aspectos de la sociedad, podremos derogar tal o cual aspecto de la reforma laboral, podremos cambiar ciertas cosas. Y no estará mal lógicamente.
Pero no nos engañemos, ni nos dejemos engañar. Acabar definitivamente con el problema de la vivienda, de los desahucios, del paro, de los despidos, de la polución del planeta, esto solo puede venir de las manos de aquellos que mueven la sociedad: los trabajadores y la población en general movilizada y en lucha contra todo el sistema capitalista en su conjunto y no rebelándose contra tal o cual aspecto parcial del problema. De momento, aun concretándose el nuevo gobierno, el Ibex 35, no tiene nada que temer. Y precisamente infundir tal temor es el único camino que podrá en un futuro solucionar definitivamente los problemas que el capitalismo engendra hoy día.