El lunes 24 de junio se cumplirán dos años de la masacre cometida en Melilla . Dos años de impunidad por los crímenes cometidos, desapariciones y violencia policial, tanto por parte de Marruecos como por parte de España.
El 24 de junio de 2022 alrededor 2.000 personas, en su mayoría de origen sudanés, trataron de cruzar la frontera entre España y Marruecos en lo que tristemente se viene recordando como la masacre de Melilla. Tras la intervención de las fuerzas policiales a ambos lados de la frontera, fallecieron al menos 37 personas y el número de desaparecidos sería al menos 76.
No, no fue un accidente, sino la consecuencia lógica de ejercer la violencia de Estado contra los más débiles. El puesto fronterizo del Barrio Chino se convirtió en una trampa mortal. Las imágenes resultantes de personas migrantes, vivas y muertas, apiladas unas encima de otras, dieron la vuelta a medio mundo. Varias ONG siguen exigiendo responsabilidades tanto al gobierno de Marruecos, como al “gobierno de progreso”, pues recordemos que al frente de todo estaba el ministro Marlasca, quien no fue siquiera destituido.
La policía española devolvió al menos a 470 personas de forma sumaria y sin garantías a Marruecos, como acredita la investigación del Defensor del Pueblo. Durante horas, cientos de personas heridas permanecieron en el puesto fronterizo, sin recibir ningún tipo de asistencia sanitaria, y a pesar de que al menos una ambulancia de Cruz Roja estaba en la zona, no se requirió que interviniese. En el lado marroquí, las ambulancias no llegaron hasta dos horas después de todo lo sucedido. Algunas de las personas heridas permanecieron allí hasta 10 horas sin recibir ningún tipo de atención médica o sanitaria.
Posteriormente, según Amnistía Internacional “alrededor de 500 personas fueron trasladadas en autobuses a zonas remotas de Marruecos, donde las despojaron de sus posesiones y las abandonaron al borde de la carretera sin atención médica. Algunas de ellas habrían sido trasladadas por la fuerza a más de 1.000 kilómetros de la frontera…
Tanto el estado marroquí como el español han obstaculizado las investigaciones independientes, sin esclarecer ellos mismos los hechos e impidiendo el acceso a pruebas. La postura del “gobierno de progreso” fue la de defender la “proporcional” intervención represiva española, al igual que Unidas Podemos; mientras tanto, la Fiscalía daba carpetazo al asunto en pocos meses, archivando en diciembre de ese año la investigación sobre la masacre.
Lo acontecido en Melilla, efectivamente, fue una masacre y uno de los crímenes más graves perpetrados en el marco de la gestión discriminatoria y militarizada de las fronteras europeas en los últimos 30 años. La Europa fortaleza tiene su perímetro lleno de cadáveres. No hay que olvidarlo.