Estos últimos días hemos asistido a un espectáculo propio de película de mafiosos, dado por el PP y casi en directo hemos asistido a las peleas por el control del partido de la derecha, que representa a una parte de los intereses de los grandes capitales y sus negocios familiares.

El adelanto de la cita electoral en Castilla León ha sido una jugada que no ha salido bien a Casado, fruto de la cual, viéndose sobrepasado por la competencia con Ayuso, decidió “tirar de la manta” para hacer caer a la “lideresa” madrileña, en el marco de las rivalidades políticas que los enfrentan en sus luchas internas. Fruto de esta pelea ha salido a la luz los más de 20 contratos firmados con empresas de una manera u otra vinculada a su hermano y afines. Así es como la población se ha venido a enterar de la corruptela de Ayuso.

Pero tampoco esta jugada le salió bien a Casado y lejos de encontrarse con el apoyo de los pesos pesados de su partido, los barones, cada vez más se ha visto aislado y solo. No han visto nada bien que airee los negocios mafiosos de la “familia”. Los barones quieren otro presidente y así se lo han hecho saber a Casado. Aun así, Casado no ha dimitido aún sino que seguirá en la presidencia hasta principios de Abril dónde convocará un Congreso extraordinario prometiendo no presentarse a reelección dando paso así al presidente autonómico gallego, Feijoo.

Van a renovar los cargos y Ayuso ha salido fortalecida de esta crisis. Lejos de caer con Casado los barones y pesos pesados del partido la han arropado, porque lo que realmente está en juego es el prestigio del PP para que no decaiga su parcela de poder. Algún periodista resumía todo este circo diciendo que “el PP mata a su chivato”.
Esta situación en el PP solo muestra la decrepitud de los politiqueros de la burguesía enfangados en los negocios de un sistema político y económico en crisis, en manos de los ricachones de siempre.