Semana tras semana, las cifras del desastre que está cayendo sobre los trabajadores en los Estados Unidos suben. En la tercera semana de marzo, 3,3 millones de personas se vieron obligadas a registrarse en el paro, quince veces más que la semana anterior. Este número se duplicó de nuevo en la cuarta semana de marzo: al menos 6,6 millones de desempleados.

Las patronales repercuten inmediatamente sobre los trabajadores la crisis sanitaria. La guerra que se está llevando a cabo no es tanto contra el virus como una guerra de clases.