Los pactos postelectorales: ¿Soluciones a los problemas sociales y laborales o los cambalaches de siempre?

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Junio 2015

Después de las elecciones y el varapalo al PP, dentro de la lógica del parlamentarismo, en nuestra sociedad capitalista llega el momento de los pactos. Hasta ahora cuando el desprestigio del PSOE era tan evidente que perdía sus mayorías absoluta, utilizaba a IU de muleta para seguir gobernando. Si IU permitía gobernar al PP, como en Extremadura, la maquinaria de la famosa "pinza" era esgrimida por los socialistas y estos recuperaban sus votos perdidos ante el temor de que el PP siguiera gobernando. Y a seguir con la historia.

Como escribió Marx en el "Manifiesto Comunista" el gobierno en la sociedad capitalista no es más que el consejo de administración de los capitalistas. Tanto el PP como el PSOE no han hecho más que gestionar los intereses del Ibex 35 para aumentar sus beneficios a costa de la explotación de los trabajadores.

Entonces, ¿sirven los pactos para erosionar a los capitalistas y conseguir reivindicaciones a favor de las clases populares?

El problema del parlamentarismo es el siguiente: el voto expresa la opinión de la gente, la delegación del gobierno pero está mediatizado por los medios ideológicos del capitalismo y aunque haya libertad para expresarse, la desigualdad es tan grande entre los medios apoyados por los capitalistas y los que no, entre los partidos pro capitalistas y los contrarios, que es difícil conseguir desde el gobierno expropiar a los capitalistas y especuladores.

El movimiento obrero, los partidos que se reclaman de las clases populares, cuando han tenido expresión política ha sido a partir de movimientos de lucha, reivindicativos, que han permitido cambiar la conciencia de la población y expresar políticamente sus intereses. El surgimiento de Podemos obedece a la lucha del 15M, las mareas, los movimientos sociales, la PAH etc. Por ello dentro de los límites parlamentaristas los pactos serán sí o sí, cesiones de programa, intercambio de puestos o alcaldías.

Analicemos los resultados.

Para los intereses trabajadores jugar en el terreno parlamentario y quedarse en él, es perder siempre. Además, entre apoyar al PSOE o permitir gobernar al PP, no hay salida, va ganar y ha ganado siempre el PSOE. Lo que puede cambiar realmente este callejón sin salida es la lucha social, la lucha obrera, la lucha reivindicativa. En estos momentos la debilidad de la derecha y también del PSOE permite, con la movilización, arrancar reivindicaciones.

Esto no significa que se desprecie el voto trabajador porque nos indica el estado de conciencia, pero nunca será por sí solo agente del cambio social. En general el voto de los trabajadores se ha inclinado hacia los partidos de izquierda. Tanto en Madrid como en Barcelona cuando las candidaturas municipales han agrupado a los sectores a la izquierda del PSOE han resultado vencedoras. Allí donde se han formado las "candidaturas de unidad popular" como les han denominado, han conseguido unir el voto descontento con el PP y parte del de los socialistas. Allí donde se han presentado los grupos divididos se han perdido concejales o diputados.

Pero el hecho incontrovertible es que tanto el PSOE como IU han mantenido un número de votantes que les permite mantener representación institucional. Lo cual obliga a pactar a Podemos - o su partido instrumental-, Ganemos o Compromís, si se quiere echar al PP de los ayuntamientos y autonomías como evidencia la inmensa mayoría de la población.

Ahora se preparan para las generales y ya el PP agita sus filas y su electorado con el miedo a un pacto entre PSOE, Podemos e IU que traería la hecatombe. Naturalmente todos sabemos que la hecatombe la ha traído Rajoy y sus lacayos y el miedo lo tienen ellos porque van a perder de forma rotunda. Ya están "las ratas abandonando el barco" del PP que se hunde y buscan por la extrema derecha -como Esperanza Aguirreo por el centro con Ciudadanos -como Cifuentesagitar sus aguas en busca de asideros para mantenerse en las instituciones.

Ahora para la izquierda desde el electoralismo - o para los de "abajo" como se llaman otroslos pactos sitúan el problema en las instituciones. El primer problema que se les presenta a Podemos - o similares-, es el pacto con el PSOE. ¿Cómo explicar a la "ciudadanía" que hay que desalojar al PP pactando con el PSOE, siendo tan reciente el eslogan de "PSOE-PP la misma mierda es"?, ¿cómo hacerlo de una manera transparente, sin el intercambio de cromos común? Y cuando ya Pablo Iglesias se ha reunido con Pedro Sánchez, con ensalada y tortilla, sin registrar realmente lo que han pactado o no. ¿Y cómo explicar el pacto cuando no se tratan las soluciones de urgencia que se habían propuesto?

Los pactos electorales sin presión social, serán más de lo mismo. En el terreno electoralista del parlamentarismo capitalista los intereses de los trabajadores y de las clases populares siempre estarán sometidos; será la lucha obrera y popular la que pueda arrancar soluciones al paro, la precariedad, los despidos y los desahucios.