Los efectos de la crisis económica está descubriendo al público en general un régimen político putrefacto al servicio de los intereses del gran capital. El progresivo descrédito popular del régimen nacido en la Transición, más el problema nacionalista catalán, están forzando a los políticos de la burguesía, a un cambio superficial en ciertas formas legales del régimen. La democracia capitalista de la Transición, golpe de corrupción tras golpe, tiene dificultades para estabilizar los problemas. Las costuras del régimen restallan. Los partidos de la derecha, CiU, PNV, PP y los socialistas, que se turnan en el poder, son incapaces de resolver los problemas económicos y sociales de la población e imponen el peso de la crisis sobre los trabajadores y los más pobres.
Mientras tanto el PP aguanta con las mentiras de Rajoy y de sus ministros; el PSOE se prepara -con cara nueva- para el periodo electoral con la idea de "reformar la Constitución" y la irrupción de Podemos expresa el descontento popular. En los medios políticos de la izquierda se habla de la necesidad de una segunda Transición. La izquierda propone un proceso constituyente en sus distintas variantes desde IU, que apuesta por la República, a PODEMOS o GANEMOS.
Existe asimismo, un proceso de revisión crítica del proceso histórico de la Transición, que comenzó hace unos años a través de la llamada "memoria histórica". En los medios de izquierda se escribe y se habla del paralelismo entre el final de la dictadura, los comienzos de la monarquía parlamentaria y la situación actual. Es evidente que a partir de la crisis del capitalismo el régimen nacido de la Transición, cada vez más corrompido, está más y más desacreditado ante la población.
Actualmente las ideas revolucionarias de cambio social están alejadas de los jóvenes y de la población en general pero poco a poco la crisis del sistema económico muestra la incapacidad del propio sistema de resolver los problemas sociales y políticos sin atacar a la población trabajadora. Nuestra posición comunista no proviene de doctrinas impuestas, sino de análisis racionales de la sociedad. En una crisis del sistema como la actual - larga, catastrófica y sin horizonte de salida- empieza a dirimirse a largo plazo, la perspectiva futura de Socialismo o Barbarie. No hay, en contra del capitalismo en crisis, otra salida que la lucha y la movilización de clase y para ello la clase trabajadora necesita su propia organización política que la defienda y prepare una alternativa trabajadora para avanzar en el único futuro posible: acabar con el capitalismo y construir un porvenir comunista.
Presentamos en esta Lucha de Clase artículos que creemos van a permitir entender el proceso de la Transición desde la crítica social y política, desde la barricada de la lucha de clases, desde la posición de estar con los trabajadores y los más pobres.