Desde la entrada en vigor de la reforma laboral se está viendo que cada vez se hacen peores contratos de trabajo que perjudican tanto los salarios como las cotizaciones de los propios trabajadores.
La reforma suprimió la mayoría de los contratos eventuales y los empresarios, puesto que ya no pueden seguir utilizando estos contratos, están haciendo acopio del contrato fijo pero por horas, en lugar de un empleo temporal a jornada completa. Evidentemente los salarios disminuyen y las cotizaciones a la seguridad social también. Los empresarios usan los resquicios que la propia reforma les ha puesto a su alcance para su propio provecho. Es una prueba más que esta reforma laboral crea más precariedad y no va en la dirección de crear empleos repartiendo el trabajo existente.
Las cifras que muestran la evolución del empleo pueden servir al Gobierno para mostrar una falsa estabilidad laboral y justificar ante la población la necesidad de la reforma. Pero en el contexto actual de crisis con el aumento desenfrenado de los precios de los bienes de consumo, sobre todo de primera necesidad, este retroceso en los salarios provocado por la forma de contratación es una vuelta de tuerca a la precariedad laboral en toda regla y todo para el beneficio de los empresarios.
Además bajo esta aparente estabilidad laboral se oculta una pérdida de cotizaciones pues la Seguridad Social no recupera niveles contributivos previos, porque las cuotas de estos colectivos de trabajadores son inferiores por el número de horas fijadas.
Un aumento de contrataciones que oculta la precariedad
Los datos estadísticos de Abril pasado que maneja la seguridad social, indican que, con la reforma laboral ha aumentado la contratación indefinida a jornada completa un 20%, mientras que el empleo también fijo pero a tiempo parcial crece a un ritmo del 40%, es decir, al doble.
En un informe del primer trimestre de 2023 elaborado por Randstad destaca que en 2022, año en que se pone en marcha la reforma laboral, se firmaron 7,03 millones de contratos indefinidos, mientras que en el año anterior fueron 2,12 millones y la contratación temporal se reduce en 5,99 millones. La nueva modalidad introducida de contrato fijo-discontinuo se elevó hasta el 33,0% de toda la contratación indefinida a partir de enero de 2022 y manteniendo esa proporción este mismo año.
Las empresas recurren cada vez más al contrato indefinido para cubrir necesidades temporales. En 2019 se estimaba que 4 de cada 10 contratos indefinidos no superaban el año de vida, tras la reforma esta proporción tiende a elevarse cada vez más. Desde la puesta en marcha de la reforma laboral y hasta febrero de 2023 cerca de 400.000 personas firmaron más de un contrato indefinido en el mismo mes natural.
El Banco de España tamién ha indicado en su informe anual que los empleos fijos, la contratación indefinida y a tiempo completo están retrocediendo. Esto hablando en claro significa que las empresas despiden, aplican EREs o salidas pactadas para destruir empleos indefinidos o empleos estables para luego contratar a la carta, por menos tiempo, con contratos más precarios.
Los salarios y las cotizaciones en claro retroceso. Solución: la lucha obrera
El empleo estable retrocede cada vez más y las jornadas de ocho horas están siendo sustituidas cada vez con más frecuencia, por jornadas de dos, tres, cuatro horas, con los nuevos contratos.Los salarios y las cotizaciones, que luego servirán para calcular las futuras pensiones, son los más perjudicados en primer lugar. Visto que la reforma laboral no beneficia al trabajador; beneficia los intereses de la patronal, le proporciona flexibilidad laboral y margen para aumentar sus beneficios recortando salarios.
Por ello la única manera de revertir esta situación es que se reparta todo el trabajo existente entre todos los trabajadores sin bajar los salarios. Y esos salarios, que deben salir de las ganancias de las empresas, deben indexarse al IPC para no perder poder adquisitivo. Y por supuesto derogar la reforma laboral. Todo ello solo saldrá adelante con la lucha de los trabajadores contra el afán de lucro de los empresarios.