Este 1º de Mayo es el Día de Internacional de los Trabajadores. Debe servir no solo para recordar que todas las conquistas que se alcanzaron y de las que hoy día aún disfrutamos, lo fueron gracias a la lucha incansable de la clase trabajadora. Debe servir de señal de salida para que los trabajadores se organicen en su ofensiva contra el capitalismo.
Colectivos de trabajadores, en distintos países y épocas consiguieron, no sin enormes sacrificios, arrancar mejoras a la burguesía y los empresarios. La jornada de ocho horas, fue un ejemplo de lucha de los trabajadores en La Canadiense de Barcelona….
Los trabajadores tenemos por delante nuevas perspectivas de lucha, porque es necesario recuperar el terreno perdido y tenemos nuevas oportunidades para vencer la injusticia capitalista.
Tenemos que retomar las luchas porque no podemos seguir asistiendo pasivamente al robo, las injusticias, la explotación y la miseria a la que los capitalistas nos someten diariamente; todo ello tiene que acabar bajo el peso de nuestra abrumadora mayoría, la de la clase trabajadora. Y para ello debe ponerse en movimiento cuanto antes de forma consciente y organizada.
El empleo, cada vez más precario, es utilizado por los empresarios como medio para seguir aumentando sus beneficios. Es en las grandes empresas donde la explotación y el uso del miedo al despido es la norma. Los contratos por meses, semanas o incluso por horas, son utilizados de forma arbitraria debido a la libertad de acción que permiten las reformas laborales.
La tendencia capitalista de seguir exprimiendo a los trabajadores más allá de los 65 años conlleva que se siga explotando a un determinado sector mientras se condena a otros al paro, sobre todo a jóvenes sin empleo. Mientras tanto, el paro, los empleos precarios, los despidos y ERE no tienen límites. Más aún, las prejubilaciones, que debieran servir para emplear a nuevos trabajadores, son usadas para eliminar sueldos y contratar en precario, destruyendo el empleo de calidad.
Hasta ahora, la contraposición a la empresa privada era la pública, pues dentro del sistema capitalista, ofrecía una tabla de salvamento que compensaba años de estudio y esfuerzo, ofreciendo mejoras significativas en estabilidad, condiciones laborales y salarios. Todo eso está cambiando.
A partir de los recortes impulsados tras la crisis, las políticas públicas y sociales se han abandonado en favor de las políticas a favor de la banca y grandes empresas. La inversión pública se seguirá reduciendo anualmente, hasta los niveles marcados por el capital. Sus efectos nocivos merman la cantidad y calidad del empleo público, los servicios que ofrecen, paralizando las bolsas, en definitiva, destruyendo empleo como lo haría el sector privado. Y esta destrucción de empleo viene tapándose mediante la contratación, con dinero público, de empresas privadas, financiadas mediante préstamos bancarios.
Ante ello es necesario oponerse mediante una lucha seria, organizada y eficiente. Este tipo de lucha solo será llevada a cabo por un partido obrero, nacido del seno de los trabajadores.
Creemos que solo la creación de un partido decidido y movido por los intereses de la clase trabajadora podrá ayudar a imponer a esa clase su propia voluntad, la de mejorar la sociedad destruyendo el capitalismo e imponiendo el socialismo.
¡Todas y todos a la manifestación el 1 de Mayo! ¡Por la emancipación de la clase trabajadora!