Bernie Sanders presentó un proyecto de ley en el Senado que normalizaría la semana laboral de 32 horas sin pérdida de salario. Sanders llamó a Shawn Fain, presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), para hablar en apoyo de este proyecto de ley en una audiencia en el Congreso.
No se trata de una quimera. Podría hacerse fácilmente. Sería totalmente posible que los trabajadores de hoy trabajaran incluso menos de 32 horas y cobraran incluso más que el mismo salario de 40 horas. Los trabajadores de Estados Unidos son hoy un 400% más productivos que en los años cincuenta. Este gran aumento de la productividad debería permitir a todos los trabajadores vivir una vida mucho más gratificante.
Podríamos trabajar 10 horas a la semana y tener cuatro veces más tiempo de vacaciones. Podríamos ganar mucho más dinero y jubilarnos mucho antes. El aumento de la productividad de los trabajadores hace que estas cosas sean posibles.
Pero las cosas van en dirección contraria. Los trabajadores trabajan más horas por un salario que cada vez está más atrasado con respecto a los precios. Desaparecen las vacaciones y las pensiones. Se empuja a los trabajadores a trabajar más. Nuestras vidas están empeorando. Esto está ocurriendo porque los beneficios del aumento de la productividad de los trabajadores no van a parar a ellos, sino a los beneficios y bolsillos de un puñado de personas: los propietarios de las empresas de Wall Street. En la actualidad, 756 personas poseen una riqueza total de 4,5 billones de dólares.
Estas 756 personas y sus familias poseen una riqueza equivalente a casi el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos, riqueza producida por cientos de millones de trabajadores. Para que los trabajadores obtengamos lo que merecemos, habría que reducir los beneficios que roban unos pocos ricos.
Sanders dice que la respuesta es que el gobierno aborde esta desigualdad y que su proyecto de ley “32 por 40” lo hará. Fain, en su testimonio, citó al presidente demócrata Franklin Roosevelt como alguien que estuvo del lado de los trabajadores. Ambos difunden ilusiones y ocultan la realidad.
Tal vez el gobierno podría quitar a los ricos y dar a la clase trabajadora. Pero este gobierno, ya esté controlado por republicanos o demócratas, nunca lo ha hecho. Ambos partidos siempre han estado del lado de los ricos y de la clase capitalista.
Los republicanos siempre han sido conocidos por estar del lado de las grandes empresas. ¿Y los demócratas? En la década de 1930, el Congreso tenía un proyecto de ley similar al de Sanders para una semana laboral de 30 horas. Este proyecto de ley nunca fue aprobado, a pesar de que Roosevelt era presidente y los demócratas controlaban el Congreso. En los 90 años transcurridos desde entonces, ningún partido ha aprobado nunca un proyecto de ley semejante.
Franklin Roosevelt ha sido citado a menudo por líderes sindicales como Fain como un presidente que hizo cosas por los trabajadores. Nada más lejos de la realidad. Poco después de que Roosevelt fuera elegido por primera vez en 1932, la clase obrera empezó a luchar contra los bajos salarios y el desempleo de la Gran Depresión. Hubo huelgas en todo el país y una clase obrera combativa infundió miedo a los capitalistas y a los políticos que los representaban.
Roosevelt impulsó una legislación que reconocía a los trabajadores el derecho a organizar sindicatos, algo que los trabajadores ya habían estado haciendo movilizando sus propias fuerzas. En 1933, Roosevelt dijo a los trabajadores que “ahora no es necesaria ninguna agresión para conseguir estos derechos”. Roosevelt se refería a huelgas. Estas huelgas de los trabajadores amenazaban con ir mucho más allá de una simple lucha por conseguir el reconocimiento legal de sus sindicatos. Las oleadas de huelgas masivas de este periodo de tiempo tenían la posibilidad de amenazar a todo el sistema capitalista.
Roosevelt y los demás políticos tenían el objetivo de intentar detener estas huelgas prometiendo aprobar algunas leyes y convencer a los trabajadores de que depositaran su fe en los políticos y en el gobierno.
Hoy, al proponer la legislación de “32 por 40”, Sanders está diciendo a los trabajadores que el gobierno hará algo que nunca ha hecho. Fain había puesto “32 por 40” como exigencia en el contrato de la automoción, pero nunca propuso que los trabajadores hicieran la lucha total que ello requeriría. En su lugar, Fain retrasó la huelga de la UAW contra las empresas automovilísticas y abandonó rápidamente la reivindicación “32 por 40”. Hoy tanto Fain como Sanders intentan convencer a los trabajadores de que confíen en el Partido Demócrata.
Pero una verdadera lucha por una semana laboral más corta, una lucha por un futuro mejor, sólo es posible cuando la clase obrera pone su fe en su propio poder, no en ningún político o legislación. La clase obrera tendrá que hacer surgir a sus propios líderes que estén dispuestos a encabezar esta lucha.
Traducido de TheSpark.net