La inflación bajó del 4% en enero al 3,4% en febrero. Aún no ha bajado al 2% prometido, pero, no obstante, el canciller Jeremy Hunt y el Banco de Inglaterra se dan palmaditas en la espalda, presumiendo de que está en su nivel más bajo en más de 2 años.
Hunt está tan aliviado que incluso ha mencionado que podrían convocarse elecciones generales en octubre… Quizá piense que para entonces el estado de la economía estará lo suficientemente bien como para salvar algunos escaños tories…
La inflación de los alimentos es de “sólo el 5%”, frente al 19,2% de marzo de 2023. Pero esto significa que el coste de los alimentos ha subido ¡casi un 25% desde el año pasado! Y la clase trabajadora lo sabe; los supermercados han seguido aumentando sus precios. Y no sólo los alimentos: las tarifas del agua, el coste del teléfono móvil, internet, los seguros, la energía… todo (sigue) subiendo… Por supuesto, es un hecho de la vida capitalista que, año tras año, los precios de casi todos los bienes suben. Por eso los trabajadores necesitan aumentos salariales cada año, al menos en proporción al aumento del coste de la vida.
Pero en lugar de conseguir estos aumentos salariales automáticos, a la clase trabajadora se le dice que cuando la inflación “baja”, ¡los aumentos salariales también deben “bajar”! El Consejo de Administración del Banco de Inglaterra ha anunciado que “el obstinado crecimiento de los precios de los servicios y de los salarios” hará subir la inflación. De ser cierto, también debería admitirse que se trata de un sistema demencial, que dicta que los salarios siempre deben ir por detrás del coste de la vida.
De hecho, los acuerdos salariales a 2 ó 3 años negociados el año pasado sobre la base de que la inflación ya habría descendido al 2%, significan precisamente eso. Peor aún, implican recortes en los salarios reales para el próximo periodo, ¡como si llegar a fin de mes no fuera ya bastante difícil!
El organismo de control independiente, la llamada “Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria” (Office for Budget Responsibility) está de acuerdo: dice que los ingresos reales de los hogares (¡disponibles!) siguen por detrás de los máximos prepandémicos y no se recuperarán hasta 2025-26… Pero, ¿lo harán alguna vez?
No así los ingresos de los diputados, por supuesto. El viernes pasado se concedieron un aumento del 5,5%, un “buen” 2,5% por encima de la inflación. A partir de abril, su sueldo base pasará de 86.584 a 91.346 libras.
Sunak, por otro lado, recibe un salario como Primer Ministro, además de su “sueldo” de diputado, lo que le da 139.477 libras, a añadir a sus ingresos de 1,8 millones de libras por dividendos, etc… Pero eso no es más que comida para pollos junto a los activos de su esposa (su padre multimillonario es dueño de la empresa india Infosys), ¡lo que significa que tienen 529 millones de libras a repartir!
Por lo tanto, las huelgas salariales continúan, y hay más en perspectiva. A los trabajadores de Ford, por ejemplo, se les ofreció un aumento salarial por debajo de la inflación el pasado noviembre (2,5%) por primera vez en su historia. Acaban de convocar una huelga. Y los maquinistas siguen en huelga tras una oferta por debajo de la inflación el pasado abril. En todos los sectores de la clase trabajadora hay mucho por hacer. ¿Y por qué no organizarse para hacer huelga juntos?
Traducido de WorkersFight.org