Estos miembros de la familia Real dan para muchos telediarios. Desde que Juan Carlos I abdicara, perdiendo su inviolabilidad, Hacienda empezó a reclamarle una serie de cantidades por operaciones no declaradas.
Ante los primeros requerimientos que pedían regularizar su situación fiscal, el Rey emérito, expatriado en Emiratos Árabes Unidos desde agosto, abonó 678.393 euros en diciembre en un burdo intento de eludir el delito fiscal.
Hace poco ha vuelto a realizar un pago de algo más de 4 millones de euros a Hacienda. Un dinero dice, que ha obtenido gracias a préstamos que le han concedido sus amistades y que ha vuelto a despertar las sospechas de Hacienda. Si se descubre que fueron donaciones y no préstamos, tendría que tributar al menos el 40% de su valor.
¿Se sabrá esto alguna vez o pasará como durante toda su trayectoria, ocultada bajo la burocracia y el desinterés oficialista? ¿Qué hay del dinero en los paraísos fiscales? ¿Acaso el Rey ahora que ya no ejerce, se ha ido con una mano delante y otra detrás?
El sistema capitalista solo trae parásitismo y muchos viven a costa de la clase trabajadora. Mientras esa misma clase tiene que defenderse y luchar por conservar su trabajo, que es su único medio de vida, el ejemplo de la familia Real y del propio Rey dan fe más que nunca que hay que destruirlo si queremos cambiar la sociedad por otra más justa sin explotadores ni explotados.