En una nave del Corte Inglés de Madrid trabajamos cientos de personas para vender online ropa, juguetes… no son servicio esencial, pero nos tienen como si lo fuera.
La única medida preventiva de la empresa consiste en tomar la temperatura al entrar. Han retirado sillas de los descansos y aumentado el número de autobuses. No hay gel, guantes ni mascarillas y aun así compartimos herramientas y toda clase de artículos para la venta.
Debido al auge de las compras desde casa la empresa ha incorporado a cien trabajadores más. A más aglomeración se eleva el riesgo de contagios.
Es una vergüenza que los trabajadores tengan que jugarse su salud y la de toda la sociedad por un trabajo que no es esencial, simplemente por los beneficios de quien está tranquilo y a resguardo en su casa.