Los trabajadores del metro de Barcelona fueron a la huelga durante los días de la celebración de la MWC. La falta de acuerdo en la última reunión de mediación ha provocado que la plantilla se ratifique en llevar adelante los paros previstos y aprobadas en asambleas.
Como siempre que los trabajadores luchan por defender sus derechos, los medios dirigidos por el capital culpabilizan a la clase trabajadora de boicotear la economía. Mientras resulta paradójico, que la economía se basa en gran medida, en las condiciones de explotación que es capaz de imponer la patronal a la clase trabajadora. Un ejemplo es el consabido lloriqueo de los empresarios que temen perder visitantes a raíz de estos paros anunciados.
El Mobile World Congress, organizado por la patronal mundial de la industria del móvil, AGSM por sus siglas, albergará miles de stands empresariales. Basado en ferias anteriores, se estima una afluencia de unos 100 mil visitantes procedentes de 200 países. El impacto económico se cifra en unos 473 millones de euros, unos ingresos que como siempre caerán sobre los empresarios, la población trabajadora también aquí, queda excluida del reparto.
Cabe de sobra decir que los ingresos que ven peligrar la gran patronal AGSM, y de paso la industria hotelera y de restauración, están basadas en gran parte en las condiciones de trabajo explotado y convertidas en beneficios. Desde los porteros, hasta el móvil más sofisticado, la clase trabajadora está involucrada de principio a fin, es la protagonista invisible de toda la feria. Sin embargo sufre las consecuencias de un capitalismo desenfrenado.
Ante la hipocresía de los empresarios que intentan callar las protestas de los trabajadores con mentiras, solo cabe el apoyo incondicional de los paros y secundar las protestas. La lucha obrera es el único camino para combatir la explotación patronal.