La salida de la caverna del monstruo de “Franconstein” parece ya inevitable. Los restos del dictador Francisco Franco, o mejor dicho la momia del dictador, serán exhumados del valle de los caídos. Todavía no se sabe con exactitud dónde irán a parar, la familia se opuso firmemente a la exhumación de los restos, aunque ya se han presentado voluntarios para buscarle sitio y darle Santo sepulcro.
De la historia del “caudillo” poco podemos añadir, para algunos pocos fue el salvador de la patria, libró al país de las hordas Judeo-masónicas y comunistas, instauró el orden en España y mandó a construir infinidad de pantanos…, para otros un rebelde a su patria que provoco una guerra civil con más de 500.000 muertos y una represión brutal que nos sitúa en el puesto número dos, detrás de Camboya, de personas desaparecidas (114.000 personas). Sin embargo, para la clase trabajadora fue el asesino y enterrador de la revolución social y el restaurador del orden capitalista bajo su dictadura.
No debemos olvidar que, en los años 30, con la II República y guerra civil un movimiento obrero luchador y revolucionario había puesto en jaque la dominación de la burguesía española. Miles de mujeres y hombres trabajadores, jornaleros y campesinos pobres habían parado el golpe franquista asaltando cuarteles, tomando armas, colectivizando empresas y tierras, creando milicias que frenaron el golpe de estado para convertirlo en guerra civil. Por eso el franquismo fue un genocidio contra las clases trabajadoras españolas. Franco y su régimen no fue más que la respuesta violenta, terrorista de la burguesía y de los terratenientes, junto a la iglesia, para someter a los trabajadores y salvar el capitalismo español.
La historia del dictador no termina con su salida del mausoleo del Valle de los caídos, queda su legado, su herencia, pero no la de su familia, que por cierto no la dejó pobre. Esta herencia es la historia de la toda la burguesía, de los capitalistas y sus negocios que apoyaron la dictadura. Empecemos por ejemplo con los empresarios y las empresas que construyeron esta megalómana obra con mano de obra de prisioneros del régimen:
Las empresas adjudicatarias para la construcción del valle de los caídos, fueron San Román, filial de Agromán, que se encargaría de la perforación de la roca para abrir en ella el agujero gigante que albergaría la cripta; Estudios y Construcciones Molan se ocupó de la construcción del monasterio; y Banús, gestionada por los dos hermanos Juan y José, se responsabilizaría de la carretera que unirá la entrada con el Risco de la Nava. Estas tres empresas, junto a la constructora Huarte y Cía que se uniría a las obras en 1952, dispusieron de mano de obra semis-esclava para sus negocios privados por concesión del régimen de Franco.
Todas estas empresas siguen funcionando hoy en día con pingues beneficios, algunas cotizan en el IBEX 35, como por ejemplo OHL (OBRASCON-HUARTE-LAIN), considerada un gigante de la construcción.
De todo el mundo es sabido que el general necesitó la ayuda financiera de los grandes banqueros, empresarios y terratenientes para la organización del golpe de estado. La figura de Juan March (conocido como el banquero de Franco) fue ejemplo en la financiación de los sublevados. Al amparo de la dictadura franquista, realizó diversas operaciones financieras de gran calibre, como la compra de la Barcelona Traction, que en una controvertida operación conocida como Caso Barcelona Traction adquirió la sociedad Barcelona Traction Light & Power Co. Ltd. Un gran negocio por valor de medio millón de libras esterlinas, cuando su valor estaba calculado en unos diez millones. Poco después fundaría FECSA.(fuerzas eléctricas de Cataluña S.A),muchos años después absorbida por la multinacional ENDESA.
Sin la ayuda de capitalistas el golpe hubiese sido un fracaso. Pero hasta el momento nadie ha pedido responsabilidades a los empresarios y empresas que financiaron la sublevación de los militares golpistas, o a los que se estuvieron favoreciendo del régimen con mano de obra barata e incluso gratis. Los herederos de estas empresas que siguen obteniendo beneficios de aquella masacre también tienen responsabilidad, sin embargo, ningún gobierno de la democracia les ha pedido cuentas. Franco y el franquismo no fue más que el arma de los capitalistas para salvar su sistema y mantener su dominación.
Mientras el capitalismo con su propiedad privada de los medios de producción exista, el fantasma de otros monstruos como “FRANCONSTEIN” estará al acecho. Porque como en la novela, el monstruo era una creación… una creación del joven burgués, doctor Víctor Franquenstein.
El monstruo de “Franconstein”
Octubre de 2018