El 25 de abril de 1974 la dictadura portuguesa, las más antigua de Europa, caía a manos de un sector de oficiales y suboficiales del ejército, organizados en el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) contrarios a mantener las guerras contra los movimientos anticolonialistas en Angola y Mozambique fundamentalmente.
Desde 1961 esta guerra imperialista apoyada por EEUU y la OTAN había radicalizado a sectores de las fuerzas armadas hartos de ver morir a jóvenes para beneficio de la burguesía portuguesa mientras que el pueblo vivía en la pobreza y la explotación de los grandes terratenientes y empresarios. Desde 1932 primero con Antonio Salazar, simpatizante de Mussolini, Hitler y Franco, y posteriormente con Marcelo Caetano la burguesía mantenía su dominación con una dictadura y su policía política, la PIDE. La crisis económica mundial de los años 70 hizo crujir los andamiajes de la dictadura.
La guerra acrecentaba la crisis económica y con ello, el descontento de la población. El 25 de Abril, fue dirigido por el general Spínola, opositor a la dictadura y al sector burgués que quería continuar la guerra en África. Sin embargo las masas portuguesas salieron a las calles para apoyar a los soldados repartiendo entre ellos claveles rojos y colocándolos en la boca de los fusiles. La caída de la dictadura fue el comienzo de un gran proceso de radicalización obrera con huelgas, ocupación de fábricas y latifundios, medios de comunicación…
La burguesía entonces, junto al imperialismo internacional, apoyaron a Soares del PS y utilizaron los pactos con el PCP para dar marcha atrás y frenar las movilizaciones obreras y populares. Entonces Spínola había intentado un golpe para dar marcha atrás en el proceso. Pero los “capitanes de abril” frenaron el golpe y Spínola huyó a España.
El Consejo de la Revolución del MFA, estaba profundamente dividido. A Otelo de Carvalho, que pasaba por el ala de extrema izquierda del movimiento, se oponía el Grupo de los Nueve, cercano al PS. El gobierno entonces controló a los regimientos a la izquierda desarmándolos y formó un núcleo de tropas fieles, bajo el mando de oficiales abiertamente reaccionarios. La situación estaba madura para detener el movimiento.
Este se realizó el 25 de noviembre de 1975, bajo el patrocinio del general Costa Gomes, que había sustituido a Spinola en la presidencia de la República. Una provocación justificó el estado de asedio y los regimientos más a la izquierda fueron aplastados y desmantelados. El gobierno pudo entonces, a título simbólico, devolver la radio Renascenza a la Iglesia Católica y dar garantías a los grandes propietarios expropiados.
En abril de 1976, una Asamblea Constituyente instituye y llama a la elección directa presidencial. Esta es ganada por Eanes, un oficial militar. Reelegido en 1980, entregará el mando presidencial en 1986 a Mario Soares. Después de dos años de ebullición, Portugal estaba dotado de un régimen parlamentario dominado por la burguesía.