Los partidos han acabado con sus promesas electorales y toca, para gobernar las instituciones, el turno a los pactos. Vienen sin ofrecer mejoras reales a la clase trabajadora, los de derechas porque solo les preocupa los intereses de los capitalistas y al PSOE porque no se confía en ellos por su trayectoria.
Tras las elecciones municipales y autonómicas, los principales grupos derechistas, PP y Ciudadanos, nos hacían creer que daban la espalda a Vox, pero la extrema derecha, lejos de quedar excluida, se ha convertido en un elemento de apoyo para esos mismos partidos en muchos ayuntamientos y autonomías como en Andalucía.
Ni con estos nuevos gobiernos, ni con los anteriores, esas promesas han significado mejoras reales para la clase trabajadora. Con esto los partidos pretenden rentabilizar cuatro años para seguir haciendo política en favor del capital y las grandes empresas.
El papel de los partidos de la derecha y de la socialdemocracia no va más allá de gestionar la economía del gran capital, es decir, de empresarios y sus beneficios y, tanto el paro, los bajos salarios, los despidos y los ERE irán a más. Para la clase trabajadora nada cambia con todo este juego entre partidos.
La clase trabajadora debe unirse por encima de cualquier división y mostrando solidaridad con los más explotados, actuando en la lucha por mejorar sus condiciones, habrá algún futuro. Y para eso necesitamos acuerdos y nuestros propios pactos. En cada empresa, sector y rama de la producción los trabajadores debemos acordar, ayudarnos en contra de los despidos, bajos salarios, precariedad etc.
A los trabajadres, siendo como son los que hacen posible que la sociedad funcione, les toca hacer sus propios pactos, romper con las divisiones que hacen los capitalistas entre trabajadores nacionales e inmigrantes, entre fijos, temporales, mujeres, parados y jóvenes. Todos aportamos riqueza que se llevan a manos llenas los de siempre.