En muchas ciudades argelinas, las grandes manifestaciones continuaron durante el mes de mayo, reflejando el rechazo a la “transición democrática” impuesta por el jefe del ejército, Gaïd Salah.
El 10 de mayo, las manifestaciones tuvieron la misma amplitud que los viernes anteriores, a pesar del sol abrasador y la sed que se sintió por ser Ramadán, el mes de ayuno respetado por gran parte de la población. “No a una dictadura militar, sí a una república democrática”, “¡Una democracia no un cuartel! ¡“No a la mascarada electoral de Bensalah y Beduino”!, “¡Gaïd Salah se va! “cantaban los manifestantes. El rechazo de las elecciones presidenciales que se debe organizar para el 4 de julio y la partida de Bedoui y Bensalah, el Primer Ministro y el presidente interino, han sido unánimes en las manifestaciones en todo el país.
Gaïd Salah, Jefe del Estado Mayor del Ejército, detuvo a Saïd Bouteflika, hermano del ex presidente, así como a los generales Mediène y Tartag, hombres todopoderosos del sistema. Parece que Gaïd Salah no se dio cuenta de que, al día siguiente de la dimisión de Bouteflika, algunas personalidades reunidas en torno al ex presidente Zeroual querían preparar una transición sin él. Estas detenciones pueden haber impresionado, pero rápidamente fueron vistas como una expresión del ajuste de cuentas entre los diferentes clanes en el poder desde hace décadas.
Los tres hombres fueron detenidos por el Tribunal Militar de Blida y acusados de violar la autoridad del ejército y conspirar contra la autoridad del Estado. Algunos generales han sido destituidos y al menos dos han huido del país por temor a ser arrestados, lo que demuestra que las batallas entre clanes tienen lugar dentro del propio ejército, la columna vertebral del régimen.
El jefe del ejército está intentando por todos los medios imponer su transición, que en realidad consiste en querer preservar un sistema del que él es uno de los pilares. Los trabajadores y las clases populares ven la maniobra y se oponen a ella. Siguen queriendo que el “sistema se limpie” y están buscando formas de hacerlo manteniendo la movilización popular. Se han producido huelgas en muchas empresas privadas y públicas. El contenido de la transición democrática, las reivindicaciones salariales, el derecho a elegir el sindicato y los delegados, el rechazo de las direcciones autoritarias, todos los temas están en el orden del día.
Organizándose, eligiendo a sus representantes, creando sus propios comités, los trabajadores pueden tomar conciencia de su fuerza y del papel que deben desempeñar, porque son ellos los que pueden hacer que el “Hirak” -el movimiento- abra verdaderas oportunidades para el cambio social y político.