Hace poco saltó la noticia que la multinacional de Jeff Bezos, Amazon, ha sido condenada a dar de alta a casi 3.000 repartidores que la empresa tenía como falsos autónomos.

A partir de una demanda que interpuso el sindicato UGT, Inspección de Trabajo ha determinado que los conductores de Amazon Flex deben ser admitidos como empleados dependientes y Amazon deberá dar de alta en el Régimen General de la Seguridad Social.

Los trabajadores vienen utilizando su propio vehículo para el reparto, pero trabajan en exclusividad para la multinacional. Casi 3.000 trabajadores han sido dados de alta de oficio en la Seguridad Social.

En Madrid se trata de más de dos mil trabajadores, lo que, según sus cálculos, da unos 3 millones de euros de cuotas no satisfechas por Amazon, además de la multa por seguir utilizando este modelo de contratación, empleando a trabajadores como falsos autónomos, que se ha demostrado como fraudulento. En el caso de Barcelona han sido 805 los trabajadores dadas de alta de oficio y el acta de liquidación asciende a 905.000 euros.

Pero aún quedan provincias en las que se debe terminar la actuación de la Inspección de Trabajo.

¿Por qué Amazon ha podido tirar tanto los precios y en plena pandemia? Pues explotando a sus trabajadores y llevando al límite la precariedad y las condiciones laborales. Ese y no otro es el origen de gran parte de la fortuna de 200.000 millones de dólares de Jeff Bezos.

Es una buena noticia para los trabajadores que ahora regularizan su situación laboral. La Seguridad Social intentará recuperar lo defraudado.

Pero todo lo robado durante años a los trabajadores no se menciona.

La fortuna de Jeff Bezos se puede repartir entre los trabajadores que han estado años con sueldos precarios, se puede invertir en dar trabajo a cientos o a miles de trabajadores con sueldos dignos. Y ese paso solo lo puede dar la clase trabajadora imponiéndolo, con la lucha en los centros de trabajo, ya sea trate de Amazon, de Zara o de cualquier gran empresa con beneficios.