En Argentina, gracias a sus luchas, las mujeres han obtenido la legalización del aborto sin restricciones. Durante años se han sucedido manifestaciones para exigir este derecho elemental. El peso de la Iglesia católica y la misoginia del mundo político burgués privaron, en nombre de ideas medievales, a las mujeres la libertad de elegir y disponer de su cuerpo. Cada año, cientos de miles de abortos clandestinos se realizaron en condiciones de higiene a menudo deficientes, lo que llevó a casi 38.000 mujeres al hospital y centenares a la muerte. Se comprende por qué la multitud de manifestantes que aguardaban frente al Senado estalló de alegría ante el anuncio de la legalización.

Ahora queda lograr que el Estado argentino otorgue a todas las mujeres los medios concretos para que el acceso al aborto sea fácil y seguro. Por tanto, la movilización debe continuar.

Traducido de Lutte Ouvrière