En la planta de Ford en Almussafes, un ERE que la empresa firmó antes del verano deja en el paro a 200 trabajadores.
Apenas con el pie de los trabajadores en la calle, la empresa no se ha cortado un pelo a la hora de anunciar un nuevo ERTE hasta final de año.
Hasta cuatro ERTE ha llevado a cabo el pasado 2019. Estas medidas conllevan planes de reestructuración de cara a “nuevos retos”, como la llama la patronal, ante los cambios que están afectando al sector del automóvil. Sin embargo, ¿Qué ha sido de los millonarios empujes en forma de dinero público que ha recibido durante años a través de la Consejería? Hablamos de cientos de millones que iban destinados entre otras cosas a la consolidación del empleo. Ahora, tras el anuncio del ERE, la empresa hace público sus verdaderos planes.
La producción de los próximos motores Ecoboost de 2.0 y 2.3 litros se relocalizarán en Norteamérica a partir de 2022. Anuncio que tiene que ver con la fiebre proteccionista puesta en marcha por Trump, para agraciar a los empresarios estadounidenses y de paso aliviar el paro en su país, dando trabajo en algunas plantas.
Los empresarios buscan mano de obra barata y regulaciones laborales en cada momento y país para que sus negocios prosperen.
980 empleos irán a la calle en Almussafes. Arrastrará, además a cientos de miles en la industria proveedora. Mientras, a la clase trabajadora se le niega el trabajo que le da sustento, porque son más importantes los beneficios privados que sus vidas.
Hay que luchar por mantener los puestos de trabajo. Poner en manos de los trabajadores las cuentas de la empresa y el dinero obtenido durante años en forma de ayudas. El control de los propios trabajadores debe servir para la creación de puestos de trabajo.